Los irlandeses | Rodolfo Walsh (2007)

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Los Irlandeses llegó a la puerta de mi casa metido en un sobre rectangular, ocre, áspero al tacto, con pequeñas burbujas de aire encerradas en plástico, de las que por fuerza hay que explotar con los dedos. Un sobre misterioso con algo dentro. Al abrirlo me sentí­ profundamente sorprendida. El correo es capaz de seguir transportando de ciudad en ciudad, palabras, más allá de las habituales comunicaciones burocráticas, facturas o folletos publicitarios de colores chillones, donde los artí­culos exhibidos son más pequeñitos que los precios y que siempre me han recordado a catálogos de juguetes infantiles. Una cocinita. Una aspiradora. Un cochecito. Un sofá.

Los irlandeses es un libro atí­pico, formado por tres relatos cortos escritos por el periodista argentino Rodolfo Walsh, de los cuales solo uno vio la luz antes del asesinato del autor en las calles de Buenos Aires, el 25 de marzo de 1977, a manos de un grupo de sicarios del régimen militar de Videla.
El prólogo es de Ricardo Piglia y reproduce en buena parte, una conversación mantenida por ambos en 1970. Resulta asombroso como en tan pocas palabras se puede extraer la esencia de las cosas, creando una conexión auténtica entre escritor, obra y lector. Pasado, presente y futuro, siempre trágico. Ahora lo sabemos.
Podemos considerarlos cuentos, relatos cortos o lo que sea; en el fondo son tres metáforas, tres parábolas entre la realidad y la alucinación colectiva. Sí­rvanos para la trama un internado católico para descendientes de irlandeses en la Argentina, 130 criaturas, “el pueblo† según Walsh, y los omnipresentes carceleros. Los niños son condenados a vivir en una prisión, culpables de un terrible crimen: ser pobres. Hijos de prostitutas, huérfanos, tiñosos, tullidos, seres frágiles que se ven forzados a adoptar un rol para sobrevivir dentro, sin más esperanza que continuar la supervivencia fuera.

Este chico al que más tarde llamaron el Gato y que en pocas horas más iba a revelar una porción tan inesperada de su naturaleza gatuna, habí­a viajado la mayor parte del dí­a, y toda la noche anterior, y el dí­a anterior, porque viví­a lejos, con una madre que iba envejeciendo, con la que estaban rotos todos los puentes del cariño y que al traerlo lo parí­a por segunda vez, cortaba un ombligo incruento y seco como una rama, y se lo sacaba de encima para siempre. Es cierto que en el último minuto, cuando lo dejó en la rectorí­a con el padre Fagan, consiguió derramar unas lágrimas y besarlo tiernamente, pero el chico no se engañó con eso, porque él mismo lloró un poco y la besó, y sabí­a perfectamente que tales gestos no importaban mucho fuera del momento o el lugar que los provocan o estimulan.
Lo que predominaba en la mente del chico era una perseguidora memoria de caminos embarrados bajo una amarilla luz miel, de pequeñas casas que se desvanecí­an y de hileras de árboles que parecí­an las paredes de las ciudades bombardeadas; porque todos eso habí­a pasado continuamente ante sus ojos durante el largo viaje en tren y se habí­a sumergido de tal modo en su espí­ritu que aún de noche, mientras dormí­a a los sacudones sobre el banco de madera del vagón de segunda, habí­a soñado con esa combinación simplí­sima de elementos, ese paupérrimo y monótono paisaje en que sintió disolverse a un mismo tiempo todas sus ideas y sueños de distancia, de cosas raras y desconocidas y gente fascinante. Su desilusión en esto tení­a ahora el tamaño de la infatigable llanura, y eso era más de lo que se atreví­a a abrazar con el solo pensamiento.

Irlandeses detrás de un gato.

La vida y muerte de Walsh son una denuncia. En “Operación masacre†, publicada en 1957, realiza una pormenorizada recreación del secuestro y posterior fusilamiento de un grupo de civiles en 1956, acusados de estar implicados en la rebelión contra el gobierno del general Aramburu.
Toda la obra de Walsh es un J’accuse de Zola:

Gritar la verdad con toda la fuerza de la rebelión del hombre honrado.

Podrí­amos entrar en discusión si Operación masacre deberí­a quitarle el puesto a In cold blood, como primera novela de no ficción, pero dadas las circunstancias, eso queda relegado a un triste segundo plano. Capote se convirtió en el escritor más famoso de los EE.UU. y murió en 1984 con el hí­gado destrozado de tanto darle al frasco; Rodolfo Walsh murió asesinado. Protagonista de su propio exterminio.

Operación masacre cambió mi vida. Haciéndola comprendí­ que además de mis perplejidades í­ntimas existe una amenazante mundo exterior.

Lo último que publicó Walsh unas horas antes morir en la cacerí­a fue Carta Abierta a la Junta Militar. Pistola en mano trató de salvar la vida, gastando su postrero aliento en una lucha que pudo ganar.
Perdió. Perdieron él y todos los desaparecidos, los torturados, los asesinados, los secuestrados, los explotados, perdieron todas las ví­ctimas de la represión ejercida por las dictaduras militares de uno y otro lado del Atlántico.

…Nuestras clases dominantes han procurado siempre que los trabajadores no tengan historia no tengan doctrina no tengan héroes ni mártires Cada lucha debe comenzar de nuevo separada de las luchas anteriores La experiencia colectiva se pierde, las lecciones se olvidan la historia aparece así­ como una propiedad privada cuyos dueños son los dueños de todas las otras cosas.

Rodolfo Walsh

Gracias Mensab, por compartir conmigo un libro tan maravilloso.

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    [Biografí­a]
    [Carta Abierta a la Junta Militar]
     

Pan | Knut Hamsun (1894)

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Knut Hamsun murió el 19 de febrero de 1952, en su Noruega natal a la edad de 93 años.
Pan es una de sus obras de juventud, esas que lo convirtieron en Premio Nobel, héroe nacional, aclamado y honrado, llevado a escena en cientos de ocasiones, codeándose con el famoso Ibsen.

La tragedia del teniente Glahn, protagonista de Pan, es la tragedia del propio autor. Un antihéroe que se adentra en los bosques para esconderse de todo, buscando la paz que no haya en si mismo.
Glanh vive su locura autodestructiva emulando al dios griego; reina sobre las brisas, goza del amanecer, se recrea en la naturaleza. Como miembro del cortejo de Dionisio, sigue a éste en sus rutinas, persiguiendo ninfas.
Glanh quiere estar alegre, transformar su ira, convirtiéndose en el hombre ideal de Nietzsche, que rí­e y que se fusiona con el instinto más profundo de la vida. Pero… el teniente es orgulloso, y no se conforma; no encaja bien los contratiempos, lo que lo enfrenta al pesimismo, donde la finalidad de la vida no es la dicha, sino el dolor y la muerte. Pero… Glanh tampoco encarna el tipo ascético de Schopenhauer que renuncia a la vida. Quiere vivir, pero no encuentra cómo. No puede soportarlo.

VIII

Transcurrieron unos cuantos dí­as, mis únicos amigos eran el bosque y la gran soledad, Dios mí­o, jamás me habí­a sentido tan solo como el primero de aquellos dí­as. La primavera habí­a alcanzado ya su plenitud, encontré estrellas en el bosque y milenramas. Además, habí­a llegado el pinzón y la perdiz blanca, yo conocí­a todos los pájaros. A veces me sacaba dos monedas del bolsillo y las hací­a sonar con el fin de atajar la soledad. Pensé:

¿Y si llegaran ahora Diderik e Iselin?

Comenzó a no haber noche, el sol apenas sumergí­a su disco en el mar para volver a emerger, rojo y renovado, como si se hubiera sumergido a beber. Por la noches se me ocurrí­an las cosas más extrañas; ningún ser humano podrí­a creerlas. ¿Pan estaba sentado en un árbol observando mi comportamiento? ¿Tení­a el estómago abierto, y estaba tan encogido que bebí­a de su propio estómago? Hací­a todo eso sólo para espiarme, y el árbol entero temblaba con su risa callada cuando veí­a que mis pensamientos se desbordaban. El bosque entero estaba ajetreado: animales que husmeaban, pájaros que se llamaban los unos a los otros y cuyos reclamos llenaban el aire. Era el año del vuelo del abejorro, sus zumbidos se mezclaban con los de las mariposas nocturnas, parecí­an susurros, susurros que recorrí­an el bosque. ¡Cuántas cosas podí­an escucharse! No dormí­ en tres noches pensando en Diderik e Iselin.

Hamsun murió pobre, solo, tildado de loco, encarnando la figura del traidor, el colaboracionista. Fascinado por el nacionalsocialismo se convirtió en un adicto al III Reich, apoyando en 1940 la entrada de las tropas alemanas en Noruega, entregando al mismí­simo Goebbels la medalla del Nobel que habí­a recibido en 1920.

Max Von Sydow, que protagonizó en 1996 una pelí­cula biográfica sobre la vida del autor, cree que la atracción ejercida por la Alemania Nazi sobre Hamsun estaba fundada en un odio ancestral hacia el imperio británico:

Inglaterra era muy imperialista y eso a Hansum no le gustaba. Habí­a sido testigo de lo ocurrido con las colonias británicas a finales del siglo XIX. Además, sentí­a que Inglaterra amenazaba a Noruega como potencia naval.

Hitler fue nombrado canciller el 30 de enero de 1933 con el apoyo de 11,7 millones de votos. El 23 de marzo del mismo año, el poder legislativo del Reichstag fue transferido, otorgando al partido nazi el control del estado alemán, certificando así­, el fin de la República de Weimar.

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    [Biografí­a]
    [Discurso al recibir premio Nobel]
     

El despacho de Atocha 55

Han pasado 30 años, pero, cuando eres niño hay cosas que se te quedan clavadas, inconexas, superpuestas.

– ¡Han matado a los abogados laboralistas!

Recuerdo a la gente en la calle, andando muy junta; claveles, puños en alto, abrigos de paño gordo y caras desencajadas. Gris y rojo. Miedo.

En memoria de:

  • íngel Rodrí­guez Leal
  • Enrique Valdevira
  • Francisco Javier Sauquillo
  • Luí­s Javier Benavides
  • Serafí­n Holgado

Asesinados por defender los derechos de los obreros, la libertad y el Socialismo.

Luis Ramos, Miguel Àngel Sarabia, Alejandro Ruiz-Huerta y Marí­a Dolores González, salvaron sus vidas pese a las graves heridas que sufrieron en la misma acción criminal.

A los abogados de Atocha: si el eco de su voz se debilita, pereceremos

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La sombra del ciprés es alargada | Miguel Delibes (1948)

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Buscando una excusa para leer a Delibes, me he encontrado con la noticia de la reedición de la ópera prima del autor. La editorial Destino celebra así­, el 60 aniversario de la concesión del Premio Nadal a un joven de 26 años, debutante, periodista de oficio, que inauguraba una sólida carrera literaria abalada por crí­tica y público.

Delibes siempre ha sido uno de los grandes. Así­ lo enseñaban en la escuela. Tan grande como Cela o Goytisolo, pero siempre manteniendo un perfil público sereno y retraí­do, que ha hecho imposible etiquetarlo y venderlo, como se ha hecho con tantos otros. Delibes es un hombre tranquilo, un escritor que exige una mirada diferente.

La hurañí­a —explica el narrador— es algo que me ha caracterizado desde niño. Pero me parece que debo hacer una distinción: sí­ me gusta reunirme con la gente y conversar. Lo que no me gusta es conversar con la gente a codazos. A mí­ me agradan los espacios abiertos, me gusta la naturaleza, y también me alegra conversar con mis semejantes uno a uno, dos a dos, o tres a tres, pero no más

Miguel Delibes. Un castellano de tierra adentro, entrevista por Joaquí­n Soler Serrano, Escritores a fondo. Entrevistas con las grandes figuras literarias de nuestro tiempo, Barcelona, Editorial Planeta, 1986, p. 17

Delibes demuestra en cada una de sus obras como la sensibilidad es una de las mejores armas para denunciar la injusticia. El observador, omnipresente y discreto que logra desenmascarar con toda crudeza la realidad convertida en novela. Esta faceta del Delibes periodista, explica cómo en un momento polí­tico de censura feroz la literatura se transforma en instrumento de denuncia. ¿Se adelantó Delibes a la corriente americana del “Nuevo periodismo†? (ver In cool blood). Su estilo se caracteriza por la recurrente proximidad a lo cotidiano, arrojando luz sobre una realidad compleja de una manera sobria, exacta, sin artificios. Si bien Capote fue notario de un auténtico drama americano, Delibes ha creado varios arquetipos de dramas hispánicos.

Esa capacidad descriptiva tan periodí­stica no serí­a más que otro retrato costumbrista si no fuese por la prodigiosa capacidad del autor para crear personajes. Probablemente son estos los que aportan autenticidad a los relatos; gentes que hablan a su manera, con expresiones y giros que los dotan de una cercaní­a casi mágica, de un calor que se mantiene vivo una vez finalizada la lectura y que perdura con el paso del tiempo.

el novelista auténtico tiene dentro de sí­ no un personaje, sino cientos de personajes. De aquí­ que lo primero que el novelista debe observar es su interior. En este sentido, toda novela, todo protagonista de novela lleva dentro de sí­ mucho de la vida del autor. Vivir es un constante determinarse entre diversas alternativas. Mas, ante las cuartillas ví­rgenes, el novelista debe tener la imaginación suficiente para recular y rehacer su vida conforme otro itinerario que anteriormente desdeñó. Por aquí­ concluiremos que por encima de la potencia imaginativa y el don de la observación, debe contar el novelista con la facultad de desdoblamiento: no soy así­ pero pude ser así­

M.D.

De la amplia bibliografí­a de Delibes me gustarí­a escoger cuatro tí­tulos, entre todos los demás. Esta selección obedece a razones varias, pero intentando ser objetiva creo que concentran las obsesiones del autor, todas y cada una de sus constantes preocupaciones. Las inquietudes de la niñez, la muerte, la justicia social, la tolerancia, el afán de dominio, la violencia, la libertad y como no… el campo, y ese pueblo que todos llevamos dentro, donde ser bruto es virtud, si se tienen buenas entrañas.

  • El camino. Barcelona: Ediciones Destino, 1950.
  • La hoja roja. Barcelona: Ediciones Destino, 1959.
  • Cinco horas con Mario. Barcelona: Ediciones Destino, 1966.
  • Los santos inocentes. Barcelona: Editorial Planeta, 1981.

Las cosas podí­an haber sucedido de cualquier otra manera y, sin embargo, sucedieron así­. Daniel, el Mochuelo, desde el fondo de sus once años, lamentaba el curso de los acontecimientos, aunque lo acatara como una realidad inevitable y fatal. Después de todo, que su padre aspirara a hacer de él algo más que un quesero era un hecho que honraba a su padre. Pero por lo que a él afectaba…
Su padre entendí­a que eso era progresar; Daniel, el Mochuelo, no lo sabí­a exactamente. Que él estudiase el Bachillerato en la ciudad podí­a ser, a la larga, efectivamente, un progreso. Ramón, el hijo del boticario, estudiaba ya para abogado en la ciudad, y cuando les visitaba, durante las vacaciones, vení­a empingorotado como un pavo real y les miraba a todos por encima del hombro; incluso al salir de misa los domingos y fiestas de guardar, se permití­a corregir las palabras que don José, el cura, que era un gran santo, pronunciara desde el púlpito. Si esto era progresar, el marcharse a la ciudad a iniciar el Bachillerarto, constituí­a, sin duda, la base del progreso.

El camino. Capí­tulo I

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    [Miguel Delibes | Wikipedia]
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Tiempo de cosecha | El caso Pannagh

whitewidow.jpgOctubre 2005. 3 miembros del club Pannagh son detenidos durante la cosecha de las plantas que la asociación cultiva para disfrute lúdico o terapéutico de sus socios. Las plantas, fruto del trabajo, los cuidados y las atenciones de todo un colectivo, fueron requisadas por las fuerzas policiales y los detenidos, puestos a disposición judicial. Cinco meses después, la Sección 6 de la Audiencia Provincial de Bizkaia, en auto de fecha 14 de marzo de 2006, decidió el sobreseimiento libre y archivo de la causa abierta contra los tres miembros de la asociación y el propietario del terreno que Pannagh tení­a alquilado. El archivo es definitivo, ya que la fiscalí­a no presentó recurso contra dicha decisión, pero … de la cosecha, nunca más se supo.

Según la misma policí­a la cosecha que nos incautaron vení­a a ser 17 kilos y 600 gramos de marihuana seca. Según la valoración oficial que tasa la marihuana a 6 euros el gramo, el agujero que nos han hecho es de más de 17 millones de las antiguas pesetas. Hemos reclamado que nos indemnizen ya que en el juicio ha quedado claro que se trataba de una tenencia lí­cita. A esto hay que añadir el daño psicológico de verse detenido y judgado, aunque si lo que querí­an era darnos un escarmiento y pararnos los pies les ha salido mal.

Martí­n Barriuso.
Presidente de Pannagh y de la Federación de Asociaciones Cannabicas.

petardillo.jpgEste caso nos viene al pelo para reflexionar sobre la situación en la que se encuentran los usuarios de cannabis que para abastecerse sin recurrir al mercado ilegal, optan por el cultivo para consumo propio. La Coalición Europea de ONGs por polí­ticas de Drogas Justas y Eficaces (ENCOD), formada por entidades de 20 paí­ses europeos, ha decidido debatir los distintos modelos de cultivo social de cannabis existentes para llegar a una propuesta unificada, que ha sido bautizada como Cannabis Social Club, y que se presentará en el Parlamento Europeo este mes. ENCOD, que ya tiene en marcha desde hace meses la campaña Libertad para cultivar, propondrá que la Unión Europea aclare la situación del autocultivo y permita la creación de clubs que produzcan marihuana y otras plantas psicoactivas en circuito cerrado y sin fines comerciales, como alternativa al mercado negro.

Mientras tanto, varios grupos de diversos paí­ses se proponen llevar a cabo plantaciones colectivas de este tipo durante 2007.

Sin duda el modelo ofrece posibilidades, hace falta que la gente le eche valor y se atreva a montar sus propios clubs. Esto es como las grows. Al principio, cuando se abrieron nadie sabí­a si iban a durar mucho, pero entre algún susto que otro se han ido consolidando. Por supuesto que no hay que descartar sustos, pues pueden aparecer jueces más reaccionarios. Pero lo cierto es que si hay suficientes colectivos que se impliquen podemos cambiar la realidad actual entre todos. […] La gente cree que está mejor escondida hasta que la pillan. Es mejor estar asociados y luchar unidos que la falsa seguridad de la clandestinidad. Una asociación legal con todos los papeles y las cuentas se puede defender, en cambio una cuadrilla de amigos sin papel ninguno lo van a tener mucho peor si los pillan, pues les resultará más difí­cil demostar que no se dedicaban al tráfico.

Martí­n Barriuso. Presidente de Pannagh y de la Federación de Asociaciones Cannabicas.
Entrevistado para la revista Soft Secrets.

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    [ Cannabis Social Club ]
    [ ENCOD ]