Matar a Platón.

Matar a PlatónHace tiempo que intuyo que la Verdad está en los lí­mites de la razón. En esos abismos inconscientes que te enfrentan a lo inefable. En esa sutil experiencia donde sólo la mutilación de los sentidos es comparable. Hace tiempo que percibo que los instantes desperdiciados aportan más que los instantes aprovechados. Que la nada aporta toda la solidez necesaria a esta contingencia de cuerpos saturados por el infortunio del conocimiento. Hace tiempo que percibo llegar siempre a deshora, ni tarde ni temprano, simplemente a deshora. Hace tiempo que sé que la belleza redime y la fealdad exonera de responsabilidad a los reptiles que buscan su origen a ras del suelo. Hace tiempo que busco en la poesí­a ese lenguaje estremecedor del instante, que se evada de las abstracciones de la razón, para no mentir en lo que se cuenta. La sinceridad como bandera, la honestidad como método para derrocar las apariencias. Hace tiempo que pienso en esto sin haber llegado a asumirlo del todo, sin llegar a vivirlo del todo.

Hace tiempo que observo el cielo desde un domingo sin postre, a la hora de esconderse el sol tras los tejados de nuestra ciudad. Desde la atalaya del insomnio. Desde la contemplación de la muerte ajena como una plegaria, donde reconocer la herida mortal que nos precede. Desde el agua transformada en vino, desde la bala que nunca se dispara, desde las republicas de los amores perdidos. Desde mi reloj de arena desértica, donde veo dunas en las calles de esta provincia invisible que es la trascendencia. Los espejismos de la razón son infinitos. La razón nos contenta con el engaño. Con la falsa sensación del que parece dominar su destino. Pero el único que dominó su destino fue aquel Sí­sifo que sabí­a exactamente que después de subir la roca a la cima de la montaña, deberí­a bajarla y volver a subir de nuevo. Camus dijo que Sí­sifo fue feliz porque dominó a su destino. Pero lo único que hizo fue olvidarlo. Como nosotros nos olvidamos con facilidad de lo que somos, e ignoramos el origen de nuestra materia. Nuestra materia que vibra vinculada al todo y a la nada, y que parte de una misma fuente a la que tiende. No somos razón y materia. Somos materia consciente que explora la vida a la que pertenece.

Hace algún tiempo que escucho con atención las iluminaciones de los que aferraron sus manos a una reja para no desfallecer. Que escucho las alucinaciones de la meca. Las palabras de los que renunciaron a la tiraní­a de lo sensible. Hace tiempo que intento comprender la ciencia que profeso, la fe que he perdido. Y me veo sentado todaví­a en ese banco de piedra delante de la basí­lica, esperando un beso que me haga despertar. Esperando un beso que de sentido a los pasos andados, a los pasos por andar. Un beso que limpie el moho del rayo que un dí­a blandí­ en mis manos. Esperando que vuelvas. Desde hace un tiempo sé que los charcos no sólo se forman con la lluvia. Hace un tiempo que sólo hablo de anhelos. Por eso creo que ha llegado el momento de matar a Platón.

Chantal Maillard, doctora en Filosofí­a y poeta de nuevos textos sagrados, nos presenta en su libro Matar a Platón las dimensiones de un instante. Porque en un instante cabe un universo entero. Nos hace reflexionar sobre la importancia de un suceso, que es como es, que se vive como es, que se observa como es. Sin abstracciones. Matando nuestra estructura de pensamiento. Observando la realidad sin mentiras. Todo puede confluir en un mismo suceso que da realidad a lo real, sin concesiones, sin pretensiones. Hoy os lo presento porque es lo que he leí­do cuando he llegado a casa después de una guardia. Y aunque se que no deberí­a tomar decisiones estando saliente… ni escribir, hoy su tí­tulo me ha inspirado a escribiros lo anterior. Aunque sólo sea por leer este libro, merece la pena haber llegado hasta aquí­.

Yo no soy inocente. ¿Lo es usted?.
La realidad está aquí­,
desplegada. Lo real acontece
en lo abierto. Infinito. Incomparable.
Pero el ansia de repetirnos
instaura las verdades.
Toda la verdad repite lo inefable,
toda idea desmiente lo-que-ocurre.
Pero las construimos
por miedo a contemplar la enorme trama
de aquello que acontece en cada instante:
todo lo que acontece se desborda
y no estamos seguros del refugio.

Bien pensado, es posible que Platón
no sea responsable de la historia:
delegamos con gusto, por miedo o por pereza,
lo que más nos importa.

(voy a volver sobre mis pasos: ha sido justo detrás de la esquina).†

Matar a Platón. Chantal Maillard, 2003.

P.D.- Creo que ya he dicho suficiente por algún tiempo. Gracias a aquellos que siguieron con interés estos escritos y reflexiones. Ha sido un placer tener abierta esta ventana. Siempre vuestro, Dr. J.

7 Comments

  1. Hoy ha sido uno de esos dias; siempre tuviste don de profecí­a, y necesitabas una despedida de tus dos amigos, el otro dia en nuestra Gran Nada; un gesto que dice lo que eres, una lucha el espiritu, un lucha por superar el dualismo, pero ante todo un gran tipo; todos, y yo el primero, leemos demasiado y practicamos poco lo que decimos;
    Hoy se ha cumplido un año desde que vimos a chantall dar una excelsa conferencia sobre el vacio…en ávila; no se si te percataste, amigo…
    Hoy he viajado hasta el corazón del desierto, con mis Apogtemas de Los Padres, y mi CD de Santa Hildegarda…
    Me he quedado tan limpio que te lo he hecho saber con un SMS, cuando he llegado al sitio con dónde amena funcinara (er minijolivut)
    Hoy me has llamado tras leer el mensajito , y me has dicho que «lo dejas»…
    Hoy dia de difuntos llegamos a lo que somos: nada…
    Hoy cuando llegamos a ese esclarecimiento, estamos puros para volver a contaminarnos.
    He visto varios cortijos derruidos, el sonido de la A-92 se alejaba hasta que sólo sonó el viento; el único animal que he visto es una liebre: se asustó cuando probaba con palmadas un lugar para una futura grabación.
    He leido esto hoy mirando el cañón de la rambla de tabernas:
    «Sobre el dominio de si: Apogtema número 37: el anciano añadió que un hermano preguntó a abba Pambo si estaba bien alabar al prójimo, y que él le dijo:`vale más callarse´».
    Bruto se ha convertido en un gran lugar, con el que he disfrutado, ha habido momentos en que parecí­a estar todo el cosmos allí­ escrito. Está jodidamente bien, no lo dejéis, padres (J y Muza).
    He ejercido el papel que muchos sabéis que he ejercido; jamás tuve ganas de causar dolo; es que soy así­, un poco gilipollas y sabiondo; en honor a quien me trajo aquí­, también me callaré un rato, pues he de dedicarme a mi trabajo y a la música, mi disco de improvisaciones en el desierto, y menesteres más serios aun.
    Os quiero…de diversas maneras.Nos vemos en el desierto, os informaré de mis novedades. Salud y Amor.
    y ahora:
    ***cero absoluto***

    a Dios.

  2. Pienso que tienen más valor los instantes desperdiciados que los aprovechados porque a los segundos no les dedicas un pensamiento cada dí­a.

  3. …ayer no dije nada ante las despedidas, porque habí­a una propuesta -cosmogónica- encima de la mesa, que aconsejaba callarse antes de ponerse a alabar al prójimo…
    …hoy he oí­do un retumbo lejano, rí­tmico, progresivo, agobiante…y he intuí­do, aún de lejos, la vertiginosa sensación de esas desbandadas de animales que corren juntos, sin la más mí­nima vacilación, hacia el precipicio en el que encuentran la muerte. Un acto inexplicable de suicidio colectivo, de huí­da de las masas hacia la desaparición, hacia la nada, hacia el cero absoluto…

    ¿Adiós?.
    …unplugged.

  4. La idea del absurdo es una buena idea. Mantenerse en el dualismo es una necedad. Vivir los sentimientos es lo que da sentido a nuestra existencia y lo que hace que percibamos la realidad aunque sea un instante. Aveces el silencio es bueno y es productivo, espero que ese sea vuestro silencio y no como el que un dí­a me enseñó mi tí­o ciego y ya moribundo:
    «Le tengo miedo al silencio
    por lo mucho que perdí­
    lo mejor de mi canción se queda dentro de mí­».
    Hasta cuando sea.

  5. Siempre apoyaré el silencio, no creo que sea una mala actitud, de hecho creo que deberí­amos recurrir más a menudo, sobre todo algunos…je je. Aunque bueno, siempre quedaremos los de siempre y valga la redundancia (y subrayo). Nos vemos dónde, cómo y cuándo queráis

  6. La sinceridad como bandera, la honestidad como método para derrocar las apariencias.

    Maravilloso articulo querido amigo Dr. J. Maravilloso. Espero que sea un adios temporal, ya sabes que tienes las llaves de esta casa para cuando quieras. Cosmo, lo mismo te digo, aqui estaremos.

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