Hacia la Plenitud

Henri MichauxMe siento en esta noche, noche insomne de entretiempos. Noche canina de casas recortadas a lo lejos. Me siento un rato a descansar. Tengo el estómago pesado y un ardor que no calman los antiácidos. Deseo tomar una ginebra con tónica, para asentar los jugos de mi cuerpo secretor. Pero aún queda trabajo. Mi trabajo de observador de dolores ajenos. Aprovecho esta pausa en la guardia, miro por la ventana la noche de agosto. Qué no se ha dicho de la noche que no recuerde. Miro y pienso en el humo, en la danza esférica de los opiáceos, en el camión de la basura, en los recuerdos de cada habitación de estas paredes de papel. La puerta del despacho se acaba de abrir con una ráfaga de aire tibio. Tibio, como cada paso en esta noche de sollozos y gritos. Y gritar no se puede cuando el alma se apaga y no hay nadie que te escuche. Últimamente pienso demasiado en mis dí­as venideros, pero no les doy forma, son como una ciudad sin cemento ni planos, ni obreros ni presupuestos, donde quiero apaciguar a las fieras de los territorios del norte. El busca suena, en esta provincia de elefantes con trompas de plástico. Trompas artificiales que aportan oxí­geno a seres anaerobios. Me invade un sentimiento de evasión, pero debo permanecer impasible y despierto para disolver angustias. De buena gana me tomarí­a otra ginebra. De buena gana os dejarí­a mi saber, mi calma, mi desasosiego, de buena gana os cederí­a mi puesto, mi vida incompleta, mis máscaras y mi cuervo, para poder salir a tomar un rato el aire.

h michauxLa noche avanza inmutable por su atávico camino hacia el exterminio de las conciencias. Mensajes de otros continentes me dicen que el mundo puede cambiar con un poco de luz, con un poco de cada uno. Mis elefantes me dicen que nada cambiará nunca. Que el dolor es el dolor y el placer la sombra de una ilusión que un mago despistado nos dejó en el alma. Y así­ veo otro enfermo, y otro, y otro, que engordan la lista de ciudadanos de esta provincia mundana sin tesoros que esconder. Y miro otra vez la noche, y saco un libro de mi cartera. Son unos poemas de Henri Michaux, escogidos para la ocasión. Y Michaux se hace fuerte en las sombras, y descubre la simultaneidad palpitante de todos los momentos de esta vida, de todos los lugares. Y Michaux se levanta y me dice que después de repugnar los cambios y la comida, después de temer escribir, de sus preferencias, aprende la virtud de los viajes, el conocer las cosas tal y como son… tal como son. Y así­, a través de las pruebas del espí­ritu, poder llegar a la plenitud. Ésa será la meta, alcanzar la plenitud…

HACIA LA PLENITUD.
Recibimos.
Recibimos,
Tenemos el sortilegio de recibir
De en secreto sin fin
Lo impalpable de recibir.

DíA DEL NACIMINETO DE LA ILIMITACIÓN.
Otro mundo me acepta
Me anexiona
Me absorbe
Me absuelve
Armisticio de las pasiones.
Bancos de claridad
Soterradamente
Sobrenadamente.
La emanación de existir
El engrandecimiento de existir
El promontorio, la impetuosidad de existir.
He llegado a la plenitud
El instante es más que el ser
El ser es más que los seres
Y todos los seres son infinitos.»

Fragmento de «Hacia la plenitud», de H. Michaux. Trad. Julia Escobar

Siempre vuestro Dr. J.

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    [Hacia la Plenitud (II)]
    [Henri Michaux | El Poder de la Palabra]
    [Miserables milagros | A Cien Años del Nacimiento de Michaux]
    [Henri Michaux: Explorando los Márgenes de la Conciencia | Katarsis]

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18 Comments

  1. Esperaba este post.
    Ni siquiera puedo acertar a unir dos palabras para hablar del escritor(persona) que me hizo un hombre
    ; cuando trague saliva es posible que escriba algo, pero no será significativo

  2. Yo soy testigo de que la plenitud de SARDINAS la has conseguido. Algo es algo querido Dr. J.

  3. Estimado Dr.J.
    Recurro a usted en busca de consejo profesional.¿Qué tratamiento recomendarí­a a un lector/a que ante un libro de poemas siente sudores frí­os? Doctor…,¡¡¡soy una junkie de la prosa!!!. De todas formas con este señor voy a intentarlo…,he visto que tiene un par de novelas.Sea sincero;si hay que amputar,se hace.

  4. Hace tiempo que leo más poesí­a que prosa, quizá porque tengo menos tiempo y necesito alimentar mi alma con jalea real concentrada en unos versos. La prosa casi siempre te guí­a y te lleva de la mano, mientras que la poesí­a casi siempre sugiere y te enfrenta a un abismo desde el que tú decides saltar. No se trata de amputar, sino de hacer un hueco de silencio en la cabeza para poder escuchar cada palabra, darle nuevos sonidos a las viejas palabras, una nueva forma de contar con los dedos… y disfrutar de la luz y la sombra de la poesí­a… el problema será por dónde empezar, y eso sí­ requiere más tiempo. Pero en fin, poco tengo que decir a una mujer que sabe verter toda su hermosura y su rabia en estos espacios cibernéticos (no se me ponga celoso mr. muza por este halago)… y con respecto a las «novelas» de Michaux, en realidad son libros de viajes y ensayos acerca de los pesares del espí­ritu y su grandeza, distinguiendo bien su etapa pre y post lisérgica… quizá «Un bárbaro en Asia» sea un buen comienzo… y «Las Pruebas del espí­ritu» un buen final. Saludos.

  5. Michaux…
    doktor k:sabes que podrí­a soltar una disertación escrotoplúmbica sobre este, mi escritor fetiche y hermano, mi auténtico padre espiritual desde años; evangelizé bajo su causa durante años,sabes que me puse muy pesado, y leí­ casi cualquier palabra que escribió;si me quedo con una enseñanza es la Valentí­a y el Neologismo como manera de hacer pie en el abismo;ciertamente me molesta quien define como «libros de viajes» ecuador o , sobre todo, bárbaro en asia, escritos maestros en la comparativa de la fenomenologí­a del espí­ritu oriente-occidente; la agudeza de este libro me desarmó cuando era chiquití­n;después la mescalina y el LSD lo resuelven mistérico, se acerca experimentalmente a la consciencia en ensayos que no destacarí­a como imprescindibles, aunque si únicos en su momento; su poesí­a mistérica es única por abismal, y sobre todo cientí­fica en cuanto al analisis del fenómeno humano; es dónde creo que mejor resuelve; sobre todo en exorcismos;como pintor, invita al terror y a encararlo de beatitud; y qué decir de los cuentos proto-surrealistas(movimento del que salió hechando ostias como toda persona decente) de «en otros lugares»(nuestros osopetos…);efectivamente,dr j, la función del arte puede ser reconfortar cuando nos animalizan una y otra vez, en noches de sudor y mierda.
    Con michaux siento que me atrae…todo el universo;

  6. Dejar de dormitar en sueños oscuros, dejar de oir tenebrosos lamentos, dejar de perseguir atormentadas almas embadurnadas en tristezas, fútiles desengaños o demoniacos dolores….a lo mejor es más reconfortante, simplemente, dejarse llevar de la mano….
    En este mundo hay quién necesita de Michaux para sentirse atraido hacia …todo el universo, les aseguro que con una hermosa sonrisa de una sin par dama, una excelsa caricia y un oní­rico paseo….con o sin ginebrita acompañante…( a su gusto Dr.J),en verdad…que nos sentiremos atraidos por todo el universo….dejense llevar de la mano…dejense llevar de la mano…dejense atrapar por esos pequeños placeres de la vida…
    Un saludo a todos de un intruso.

  7. En realidad nosotros somos los primeros en disfrutar de los pequeños pesares, digo placeres, de esta vida. Disfrutamos con una puesta de sol frente al desierto, de un amanecer junto al mar, de un beso largo, de mil cervezas a la hora de dormir… pero los infelices como nosotros nunca tenemos suficiente, siempre hay una pregunta más, un sueño más, un paseo más por el abismo (eso sí­, casi siempre bordeándolo sin llegar a caer)… siempre nos queda esa terrible atracción por todo el universo que nos deja insatisfechos en busca de una nueva luz, de una nueva forma de expresión, de un neologismo más para poder dejar una puerta abierta al alma.
    y por cierto, my dear desert man, siento no haber profundizado en la vida y obra de Michaux… sólo he querido sugerirlo para que otros lo descubran como lo hice yo gracias a tí­… un abrazo.

  8. brus springteen y las pequeñas cosas, bossjan…
    nada es incompatible; si lo observas detenidamente tras cagarlo en la taza del water, un tordo de mierda es una caprichosa analogí­a de la incertidumbre cosmogónica con sus elipticas circunvoluciones furullanes:los ojos son los que crean la realidad;
    la hermosa sonrisa sonrisa de una simpar dama, aun mellada, puede ser y es un fenomeno extraordinario(así­ se lo recordó michaux a ciorán);
    gracias, dr jota, eso es lo que querí­a oir

  9. conclusión: que cada cual disfrute de su propia mierda

  10. Queridos contertulios…sois únicos. Yo sólo tengo que añadir algo sobre ése cementerio de elefantes con trompas de plástico en el que se convierte (a veces; en otras ocasiones es incluso peor) nuestro «lugar» de trabajo; ya sabéis el proyecto que tengo en mente: enchufarles música con auriculares a un volumen lo suficientemente alto como para olvidar sus quejas (según el caso) variando de un enfermo a otro: a unos les irí­a bien «Highway to hell» y algunos se merecerí­an el «Starway to heaven», aunque para la mayorí­a ya sabemos, Mr. scrotum, que le irí­a bien la discografí­a completa der Junco…saludos

  11. Santo cielo Talibán, un proyecto de corte musicoterapico?!
    Ahí­ me has dejao ya desarmao; el vien de las nieve va a parecer er mergamiuzi o que polla?
    Bon Scott ahorrando analgésicos al SAS; suena mu bien…

  12. Cada vez que te leo, Dr. J se agranda mi incultura, no he leido nada de MIchaux, pero al saber que para Mr escrotolitum le ha supuesto tanto me anima a leerlo. De todas maneras, en las provincias de elefantes de plástico falta morfina, sobretodo para que se aprecie mejor la música.

  13. no suelo hacerlo, pero aquí­ os entrego mi morfina:

    MORFINA
    No entiendo la muerte sin morfina,
    no confí­o en otros calmantes, en otros amantes,
    no confí­o en el esfuerzo delirante de otros dioses.

    Morfina en zumo de naranja,
    que aleja este dolor, que trae esta calma,
    que deja respirar el aire de tus rosas,
    que permite ordenar mi mala cabeza.

    Morfina para mantener el equilibrio.
    Morfina que enseña el camino, sueño tibio.
    Morfina para no llorar, para no despertar.

    Morfina en zumo de naranja.
    Tu debes seguir tomando café.

  14. […] Italo Calvino fue cubano de nacimiento e italiano de adopción. Formó parte de la Resistencia en la Segunda guerra mundial, y fue militante del partido comunista. Considerado siempre como un gran fabulador, destaca su trilogí­a de Nuestros antepasados. Sin embargo, para el que quiera una visión menos mágica de estos viajes a regiones invisibles, no debe pasar por alto En Otros Lugares del gran H. Michaux… pero de él hablaremos otro dí­a. A veces me basta una vista en escorzo que se abre justo en medio de un paisaje incongruente, unas luces que afloran en la niebla, el diálogo de dos transeúntes que se encuentran en pleno trají­n, para pensar que a partir de ahí­ juntaré pedazo por pedazo la ciudad perfecta, hecha de fragmentos mezclados con el resto, de instantes separados por intervalos, de señales que uno enví­a y no sabe quién las recibe. ” […]

  15. […] 3.- El indí­gena y la ebriedad: Como decí­a Michaux, el indí­gena se deja vencer por la bebida. Si decide beber, lo hará durante dí­as. Se encierra en una cantina, solo o con amigos, y se entrega a la ebriedad. No se levanta de la mesa hasta que apenas le quedan fuerzas para caer al suelo, con los brazos en cruz, sobre la tierra mojada de orí­n y chicha. Dejan todas las botellas vací­as y sordas. Se entregan a la ebriedad, se dejan vencer por ella. Es su ví­a mí­stica, su método para conocer los lugares anómalos que quedan detrás de las estrellas. […]

  16. […] 3.- El indí­gena y la ebriedad: Como decí­a Michaux, el indí­gena se deja vencer por la bebida. Si decide beber, lo hará durante dí­as. Se encierra en una cantina, solo o con amigos, y se entrega a la ebriedad. No se levanta de la mesa hasta que apenas le quedan fuerzas para caer al suelo, con los brazos en cruz, sobre la tierra mojada de orí­n y chicha. Dejan todas las botellas vací­as y sordas. Se entregan a la ebriedad, se dejan vencer por ella. Es su ví­a mí­stica, su método para conocer los lugares anómalos que quedan detrás de las estrellas. […]

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