Hacia la Plenitud (II)

Michaux3El infinito es una región donde la verdad se inclina para alzar el vuelo. Conmovido por la peregrinación del tiempo en los espacios, me centro en descubrir la belleza sólida preñada de fluidos sutiles. Hay una terraza con vistas al desierto que aproxima la carne asada a un cielo fragmentado por colores. Un cielo apedreado por aviones, donde un hombre de tiza baila con otro de arena, acompañados por una mujer que nos eleva con el movimiento de sus pies descalzos sobre el suelo de llamas. Amamos la oscuridad más que las llamas. Amamos los lí­quidos más que los sórdidos y pesados manjares de grasa. Bailan las partí­culas con requiebros de aire, la música crece desde teclas de viento en la terraza con vistas a tus ojos. Y así­ se rompe la noche en tres cascabeles sin gato, en tres versiones de la plenitud que duermen boca arriba bajo el cielo del desierto… plenitud de estrellas y silencio. Poseemos la noche desnudos como una mujer adúltera que se acerca a la jofaina de agua después de cumplir su voluntad divorciada.

Michaux4Hay una terraza que busca descubrir la música ritual de los animales de dos piernas, de arena y de tiza. Una terraza que es la memoria de los dí­as felices. Una terraza que cultiva semillas de árboles encantados, una terraza con vistas a la tierra donde Gargoris descubrió el sabor dulce de la miel. Una terraza que busca un cuerpo ondulado y perfecto, donde besar con todos los detalles del paraí­so, donde no habrá más luz que esta luz amarilla donde te he hallado. Esta es la plenitud, la búsqueda de lo invisible en libros de mil horas, en sonidos sin forma de universos desilusionados donde poder percibir lo perpetuo.

Siguiendo el rastro de los poemas de nuestro gran osteoporótico visionario, una vez conocido los abismos de la mescalina, soportando las penas de la soledad y la pérdida, después de pintar más y escribir menos, Michaux me sigue conmoviendo con su huida hacia la plenitud.

Redención
el mundo entra en vibración
con el sentimiento de lo indecible.

Lo sólido, lo duro, lo construido
está turbado por lo liviano, lo impalpable.

Lo imperecedero desplaza, desmiente lo mortal.
Lo sublime esponja, devasta lo común,
lo sublime fuera del santuario.

Oscilando en lo inmenso
el eco
donde reside el ser
más allá del ser.

Calma
Búsqueda
Una comparación excava para mí­.

Avanzo
para la continuación
para la perpetuación.
Las puertas acechan
fuertes cortinas de presión.»

Fragmento de «Hacia la Plenitud», de H. Michaux

Siempre vuestro, Dr. J.

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7 Comments

  1. Lo sólido, lo duro, lo construido
    está turbado por lo liviano, lo impalpable.

    Siempre, lo impalpable, esa realidad no tangible y que marca más nuestras vidas que el mármol contra el que nos estrellamos y que hace temblar a lo duro. Es algo que Don Juan, en sus enseñanzas y tras pasar por el peyote nos sugiere. Quizas la mescalina de Michaux y el peyote de Do Juan no sean tan difernetes y el viaje entre Occidente y Oriente que traza Michaux se desplace hasta las fronteras de Mexico.
    En el fondo, dar la vuelta al mundo para que se de la vuelta, para que el individuo se de la vuelta e interiorice lo impalpable. Tb eso les ocurre a los elefantes con trompas de plástico.

  2. Pertenece Michaux a una calaña de grandes hombres que abrazaron las relaciones entre la materia y el espiritu;
    o no se muestra la materia revosante de noogésis con la acción psicotomimética?
    La plenitud del punto Omega, la armoní­a de la fusión monadal de múltiples conciencias; para mi la plenitud no es poesí­a, no es analogí­a, se realiza en cada momento de la evolución; no hay metafí­sica, no hay teologí­a posible; la verdad no pasa por el sí­mbolo; como hombres de ciencia que somos: observemos el fenómeno; el grandioso fenómeno humano que no atiende a una mecánica, a una simple descripción; se enrrolla y complica el cosmos ante la sorpresa de un espí­ritu que crece y ve cada vez más;es real, no hay sueños ni palabras.
    ¿Cuándo nos acercamos a la verdad? Cuando somos conscientes de que somos el Ser consciente.

  3. Todo lo de la terraza es cierto, por ahora, amigo

  4. Querido escroto, en esa terraza aterrizarán platillos volantes… algún dí­a… y allí­ estaréis vosotros para emborracharlos con cerveza… hasta la próxima.

  5. Dr. Babinsky, un honor encontrarlo en estos luagres cada vez más inciertos y escurridizos de la materia impersonal. Ya sabes que hay acontecimientos que ponen a prueba el espí­ritu, como reza el salmo 138, ponme a prueba y conoce mis sentimientos, y si me aparto del camino, Señor, enséñame el camino eterno. Un abrazo sincero.

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