100 dí­as de Obama

Escrito por 40D

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29 Abril 2009

Tras 100 dí­as en la presidencia de Barack Obama ha llegado el momento de su primera evaluación. Recordemos las altas expectativas generadas en torno a su llegada al poder, no sólo en EEUU, sino en todas las partes del mundo. Promesas como el cierre de Guantánamo, la reducción de las emisiones de carbono, la apuesta por las energí­as renovables, y por supuesto, sus medidas económicas en los tiempos que corren, hicieron que el mundo viese en él un Mesí­as.

Pues bien, pocas cosas han cambiado a decir verdad. EEUU sigue manteniendo sus señas de identidad, basadas en el capitalismo más salvaje, su obsesión con la seguridad y el terrorismo y su apoyo a los máximos aliados alrededor del mundo como Israel. Si bien durante las visitas por América Latina, Europa y Oriente Próximo han dejado un sello diferente en cuanto a actitud y maneras, los mensajes de fondo son similares. Y ya se han podido ver los primeros cruces de declaraciones con el «eje del mal» Irán, Venezuela, Cuba…

Las medidas económicas bien las podí­a haber firmado el gran Bush y su administración. Y seguimos sumidos en una situación de crisis, algo que evidentemente no se iba a solucionar en 100 dí­as, pero al menos la esperanza y el optimismo podí­an haber mejorado. Habrá que seguir esperando a que los bancos faciliten créditos y «repartan» las ayudas que han recibido de los diversos gobiernos entre empresas y ciudadanos para aumentar la liquidez y reactivar la economí­a. El paro sigue subiendo en EEUU y las bolsas no confí­an en las medidas tomadas por el nuevo mandatario.

De momento tampoco se avista la retirada de las tropas americanas de Irak. Sus viajes relámpago para apoyar a las tropas nos han traí­do al recuerdo imágenes del pasado. El movimiento estrella sin duda ha sido el cumplimiento del cierre de Guantánamo. Aunque al mismo tiempo ha demostrado falta de previsión y ha generado otro problema al no saber muy bien que hacer con los presos que allí­ se hallaban recluidos. ¿Deberí­an acogerlos otros paí­ses como gesto de buena voluntad, deberí­a EEUU dar asilo a los que han sido retenidos sin acusación alguna…? Y que decir sobre la promesa de Obama durante la campaña: «Bajo mi administración Estados Unidos no torturará, acatará la Convención de Ginebra, y mantendrá nuestros valores e ideales más elevados». Sonaba tan bonito…pero nuevos escándalos han demostrado que, aunque así­ lo pensase, no le iban a dejar ejecutarlo. El Imperio es el Imperio.

Algunos tení­an las expectativas tan elevadas, incluso dentro del partido Demócrata, que hablaban de valorar la posibilidad de tomar medidas contra el ex-presidente por sus actuaciones por el mundo. Vamos, que ni de coña nadie va a juzgar a un presidente de EEUU por crí­menes de guerra, ni pasados 100 dí­as de su salida, ni pasados 100 años.

Habí­a otras propuestas más a largo plazo como la apuesta por las energí­as renovables y el compromiso de reducir las emisiones de carbono en un 80% en 30 años. No le van a dejar gobernar tantos años, entre otras cosas porque la ley electoral lo prohí­be, pero seguramente ni en ese tiempo lo lograrí­a. Al menos confiemos en que en estos años EEUU vuelva a la senda de la cordura y de ejemplo firmando y poniendo en práctica el acuerdo de Kioto. Igualmente daremos tiempo a la arriesgada apuesta de Obama por el Premio Nobel Steven Chu como Secretario de Energí­a. Y ojalá tenga tiempo de dar los primeros pasos para liberar al mundo de las petroleras y multinacionales energéticas que gobiernan desde hace mucho más tiempo que Obama. Las energí­as renovables han de arrancar con el apoyo de una administración que crea en ellas y haga frente a intereses demasiado establecidos. Y en este sentido hay que ser optimistas porque no nos queda otra.

Lamentablemente parece que nos quedan cerca de 4 años de mucho continuismo, decepciones y vuelta a la realidad. Es decir, que Estados Unidos seguirá campando a sus anchas por el mundo, preocupándose principalmente por sus propios intereses y los de aquellos que apoyaron y financiaron al ahora presidente durante la larguí­sima pre-campaña y campaña electoral. Este statu quo deja tranquilos a unos cuantos como Israel, Bush, la Reina de Inglaterra y muchos Madoffs que aún quedan sueltos por ahí­.