Ventisca
Tumulto, llanto, nuevos espíritus.
Desconsolado, envejecido, solo,
canto para mí mismo.
Los jirones de la neblina se asientan
en la noche que cae.
La nieve corre arrastrada
por las volutas del viento.
La copa se vuelca y se derrama el vino.
La botella está vacía.
El fuego se ha apagado en la estufa.
Los hombres se expresan por doquier con susurros.
Yo cavilo sobre la inutilidad de las letras.»TU FU, traducción de Kenneth Rexroth
No soy un experto en poesía china, pero tengo un libro con algunos poemillas de este personaje: TU FU (713-770). Poeta de la dinastía T’ang, pertenece a esos poetas universales que hablan de las cosas pequeñas de la vida, con los ojos puestos en el fondo de un río oscuro y eternamente en movimiento, con la mirada perdida en el vuelo solitario de un ganso salvaje.
Nacido de familia ilustre, estuvo cercano a la corte del Emperador Ming Huang hasta que en su madurez se alejó de todo para instalarse en un estado de inseguridad crónica. Su carrera política y poética fue apagándose, convirtiéndose en un vagabundo de ensoñaciones, viviendo en cabañas de techo de paja, en pueblos deshabitados, para terminar sus días en una casa-barco, donde parece que naufragó a los 57 años. Su único hijo murió también en aquella época, quizá víctima de alguna epidemia.
No escribió poemas de amor a mujeres, entre otras cosas porque solía tener apasionadas relaciones con otros hombres. Su poesía rehuye del despiadado poder de los dioses, y canta a la naturaleza, a su abstracción como fuente de la vida… habla de la vida, venerando la vida. Ante la lascivia divina queda el amor redentor de los hombres. La calma y la compasión responden en su obra a una puesta de sol sin romanticismos, en plena soledad.
Hoy, de vuelta a los senderos del tigre, y con este frío, he querido mostraros este poema, con una copa de vino, para brindar con vosotros por la amistad, por lo efímero del tiempo, por la inutilidad de algunas palabras, y el calor de algún beso (el último o el primero). Abrigaros el pechito para no coger un catarro y nos vemos tomando unas cervecitas.
Un abrazo, siempre vuestro Dr. J.
Enlaces relacionados »