The Who | Who’s Next (1971)

who's nextSeñores y señoras, The Who (lo’hu coloquialmente). Hasta ahora ausente en ésta sección, pero nunca olvidado, un referente, un pelotaso de grupo.

Destacar un disco de estos cafres no es fácil, los más idealistas se irí­an por el «…sings my generation» o al «A quick one» (seminales); los más románticos elegirí­an el «Tommy» (gran disco); los más duros serí­an partidarios del «Live at Leeds» (un puñetazo musical en la boca del estómago; si no lo tienes: adquiérelo) y los más mods sienten debilidad por el «Quadrophenia» (ahora mismo lo estoy escuchando en vinilo… y no soy mod). Yo elijo éste elemento quizá porque me sorprendió ya tardí­amente, quizá por la portada (‘los miembros’ meándose en un monolito sobre un paisaje rocoso que bien podrí­a haber salido del 2001 de Kubrick…), quizá por el conjunto de canciones indestructibles, por el momento del grupo (álgido): quizá por todo.

Nos abre el disco «Baba O’Riley», inicio de sintetizador martilleado para entrar al piano en una gran canción; seguimos con «Bargain», un clásico al puro estilo Who. «Love ain’t for keeping» nos da un entretiempo ligero (y breve) para la rí­tmica y algo floja «My wife», firmada y cantada por Entwistle -el bajista- (muy en su lí­nea) y la apocalí­ptica «The song is over», con Nicky Hopkins al piano (este tipo se mete en todos los fregados!). «Getting in tune», otra vez con Hopkins, y «Going mobile», temas correctos que te enganchan conforme acumulan escuchas. Y para terminar, dos joyas, como «Behind blue eyes» (uno de mis temas jodidamente favoritos de los Who) y «Won’t get fooled again», ocho minutos largos para despedir el disco a lo grande, sentenciando (hoy se reconocerá como banda sonora -en los tí­tulos- de una serie muy conocida…)

Otro disco para pasar un jodido buen rato con éstos (agradables?) chicos: Daltrey, Townshend, Moon (oooohh) y Entwistle. Y con la edición remasterizada que trae 7 temas adicionales no hay excusa para obviarlo…

El Cementerio Marino

mirando

Cuando observas la plenitud del mar sentado en el último cabo de piedra de una isla, sientes cómo se deshace en la boca la fragilidad de nuestra existencia. La calma y la quietud abren paso al eterno renovarse del mundo, la sucesión de las nubes sobre las olas, veleros con palomas blancas como tumbas flotantes en aguas preparadas para la danza de los muertos. La eternidad es un beso con los ojos cerrados.

Estos sentimientos nos asaltan a todos al contemplar la beldad, sin embargo no puedo transmitiros todo lo que he visto, todos los pesares de mi alma, todas las alegrí­as de mi ufano espí­ritu. Para que sintáis esto con unas palabras agrupadas en versos endecasí­labos, para que la inmovilidad de la NADA de paso a la movilidad de un SER efí­mero y consciente, un ser que se debate entre la muerte y la inmortalidad, para comprender que toda vida no es sino el triunfo de lo momentáneo y de lo sucesivo… para explicar esto en un poema, has debido estar sin escribir diez años, meditando sobre ti mismo, sobre la danza de las palabras, haber descubierto tu peso y haberlo llevado a lo alto de una colina para luego dejarlo caer sobre el lector que recibirá la gravidez del poema con una inercia mucho mayor… la fuerza se multiplica y aplasta tus ojos con todo el dolor de la belleza.

Esto es lo que consigue Paul Valéry (1871-1945) al regalarnos su Cementerio Marino en 1920. Se toma su tiempo para cultivar con primor las palabras y los versos, para estructurarlo, para condensarlo, para enseñarnos toda la importancia de un instante asumido con los ojos de la nada pura. De la nada a la eucaristí­a panmí­stica del padre Pierre. De la sombra de una tortuga al llanto de las larvas que hilan sus vidas observadas por prudentes aves. Dioses que se sientan a descansar como el sol sobre el mediodí­a, contemplando tu pequeñez, la soberbia potencia de tu alma que se alza como una cometa sobre el abismo aprovechando los vientos mistrales de la vida que vive.

Ese techo tranquilo de palomas,
palpita entre los pinos y las tumbas.
El mediodí­a justo en él enciende
el mar, el mar, sin cesar empezando…
Recompensa después de un pensamiento:
Mirar por fin la calma de los dioses.†

Primera estrofa del «Cementerio Marino», de Paul Valéry. Trd. Por Jorge Guillén

Siempre vuestro, Dr. J. Tras unos dí­as de vacaciones en Cerdeña.

PD: gracias a ese caballito salado que me ha acompañado con sus sonrisas.

Enlaces Relacionados »

    [Paul Valéry | Wikipedia en español]
    [El hombre de la aurora | Henciclopedia]
    [Valéry Studies | University of Newcastle upon Tyne]
    [El Cementerio Marino en pdf]
     

Siguiendo con los cambios

Ha habido algún cambio más en nuestra página aparte del aspecto. Una de las razones principales para hacer ese cambio fue que la página cargase más rápido. Para ello quité las imágenes de la plantilla y mejoró algo, pero cuando realmente he visto un cambio en la velocidad ha sido al eliminar el código que ofrece MyBlogLog (servicio gratuito para monitorizar cuantos clicks se hacen sobre los enlaces externos).

Otra de las intenciones era quitar la barra lateral y hacer la página principal de una sola columna (y eso que ahora lo que se lleva son 3 columnas!). Lo he conseguido parcialmente aprendiendo en esta página a crear ‘plantillas’ y a usar ‘páginas’ en WordPress. El resultado ha sido que han aparecido más botones en el menú superior: Archivos, Enlaces y RSS (los problemas que anunciaba cuando actualizamos ya están solventados y la suscripción por RSS funciona perfectamente). Ahora se encuentra allí­ la información que antes estaba en la barra lateral, pero ampliada:

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Tito Neil (Parte II) | «Danger Bird»

Volvemos con un tema dejado a medias… para meditar (aparte de para cortarse las venas: tras intentarlo varias veces sin éxito he desistido, muza). Y regresamos con un Tí­o Neil pletórico, destrozado, deprimido, con ganas de hacer ruido, quizás para acallar aquéllos «sounds of silence» de los fantasmas de Danny Whitten, o puede que los de su propia existencia.

time fadesEl caso es que se nota el cambio, el disco (sorprendentemente aún «pirata») TIME FADES AWAY (1973) suena a desesperación; aunque existe un buen equilibrio entre temas lentos y cañeros, todos despiden un sabor agridulce que transparentan los ánimos del tipo, que gustaba traslocar las expectativas del público (recordemos que la gira se suponí­a era del éxito «Harvest» y sus temas campestres) tocando desgarradoras piezas («Last dance» como ejemplo duro, «Journey through the past» en plan lento) en inagotables veladas de catarsis emocional. Aún esperamos la reedición remasterizada (cuando le de la gana al gachón).

on the beachPara el año 1974 tenemos un plato fuerte, nada más y nada menos que ON THE BEACH. Curiosamente éste disco llegó tarde (y de forma curiosa en formato pirata con los temas del Harvest tocados en acústico como bonus tracks!!!) a mis manos, y el impacto fue total, brutal; casualmente, por entonces también adquirí­ el «RIVER» de Terry Reid (1973) y el paralelismo no me dejó indiferente… pero evidentemente tito Neil me volvió a sorprender. Con un ritmo irregular (los acompañantes cambian de canción en canción…) pasamos por una primera parte que continúa su estilo habitual («Revolution blues» apabulla, «See the sky about to rain» impresiona…) para pasar a una cara B oscura, arrastrada (como la de Reid) con tres temas de largo recorrido para dejarse llevar, idealmente en una playa solitaria, crepuscular, apocalí­ptica. Participaciones estelares: Billy Talbot y Ralph Molina (incondicionales), Levon Helm y Rick Danko (grandes), Graham Nash y David Crosby (?), Ben Keith y Tim Drummond (fieles…). Para la posteridad, la canción que da tí­tulo al disco: única.

tonightY llegamos a 1975 (el año), y a TONIGHT’S THE NIGHT, la rudeza hecha música, la desesperación sobre un escenario, sin olvidar los pasajes más melancólicos y bellos de su carrera, disco redondo (nunca mejor dicho: empieza y acaba con el mismo tema, aunque con una vuelta de tuerca más…); no voy a profundizar en los temas: serí­a eterno, pesado e incomprensible (discos como éste a cada uno le debe inspirar sentimientos propios e intransferibles, eternos). La música, ahora sí­, constante a cargo de los CRAZY HORSE, con un Nils Lofgren queriendo olvidar (o recordar?) a Whitten (que sale en un tema en directo); y eso se nota.

zumaOtro excelente trabajo (consecutivo!!!), éste ZUMA nos trae a un Neil Young ‘algo’ más tranquilo e incluso feliz (en el primer tema nos canta «Don’t cry no tears»), pero desde luego sigue sin encontrar el rumbo en su vida, y eso se transmite claramente en pasajes como «Danger bird» donde los sonidos que saca de la guitarra denotan dolor, o en «Pardon my heart». Nos saca con temas de dureza inusitada («Barstool blues», «Stupid girl» y «Drive back») para caer hipnotizados por uno de los grandes temas de su carrera: «Cortez the killer», con reminiscencias históricas incluidas, temazo nada más que con sus 3 minutos largos de introducción instrumental. La baladita con la que acaba el disco, con CSN, está muy bien, pero se podrí­a obviar.

En fin, Neil Young y su obra es (casi) inabarcable (y serí­a poco recomendable intentarlo). Recopilaciones como la que acaba de salir sólo consigue insultarla, ridiculizarla; a cualquiera que quiera escuchar al canadiense le recomiendo cualquiera de sus primeros discos (a partir del 2º) y que pase de recopilaciones. Yo, particularmente, me quedo con ésta su 2ª etapa, por nada en particular, por todo en general.

Volveré (espero)

Enlaces relacionados »

    [Tito Neil (Parte I) | «Southern Man»]
    [Neil’s Garage | Página Oficial]
     

bruto cambia de aspecto

bruto cambia de aspecto una vez más. Nos pasamos al verde.

He quitado las imágenes de la plantilla (excepto la de la cabecera porque querí­a conservar el tipo de letra), cambiado los colores y ensanchado un poco todo (perdón a los que tienen el monitor a 800×600). Al final me ha salido un poco otoñal pero me gusta. Ahora lo que falta es trocear la plantilla y eliminar la barra lateral, pero todo se andará.

Para diseñar la plantilla me he ayudado de varias cosas:

    Para los colores: Return of Design – Web Color Schemes (inspiración) y Color Schemer (espiración).

    Preview Theme Plugin para WordPress que permite al administrador de la bitácora cambiar el aspecto de la página sin que esto afecte a los lectores.

    muza: todaví­a no hay una versión para descargar, pero estamosss trabajannndo en ellooo.

Espero que os guste y paciencia con los posibles ajustes de última hora, porque seguro que habrá fallos.