Sefronia en Junio

El amigo Cosmo anuncia y también, avisa:

Sefronia en el mes de junio:

  • 1 de Junio, jueves, Almeria: Pub Zaguan
  • 8 de Junio: Café Pub Music (Granada): Corpus, como no podí­a ser menos para nuestro debut en Gran Nada.

Habrá banjos, castañuelas, groove-box y danzas balinesas (la misma mierda de siempre).

También hierbas por el suelo, Les Paul de choque y Grandes Hostias Crí­sticas.

Sus esperamos.

Dicho queda.

La Guardia Vs. La Guardia

La GuardiaPor motivos profesionales la Monaca di Monza y yo hemos tenido ocasión de contemplar desde primerí­sima fila el contencioso jurí­dico entablado por Joaquí­n Almendros contra Manuel España por el uso de la denominación «La Guardia» para designar un conjunto musical. Como casi todos sabemos Manuel España lleva desde hace ya casi tres años paseando por los escenarios lo que él denomina «La Nueva Guardia», constituyendo el repertorio de la citada formación un repaso fidedigno de los temas de éxito en su dí­a compuestos por Almendros-España, habiendo llegado incluso a publicar un álbum “Ahora!† cuya portada (izquierda), no nos engañemos, guarda gran semejanza con «Cuando brille el sol» de 1990 (derecha).

Dase la circunstancia además que España va acompañado por D. Emilio Muñoz, conocido en algunos cí­rculos esotérico musicales de la ciudad como «el albañil preocupao», que perteneció a la formación original que tantos éxitos cosechó, agavilló y empaquetó. Tuvimos oportunidad de contemplar la vis cómica del Sr. Muñoz (muy a su pesar) en el programa «Números Rojos» al que acudió tras una serie de tropiezos en diversos proyectos empresariales.

La Guardia 2El meollo del asunto estriba en que Almendros entiende que España no posee un derecho personal y único para poder usar la denominación, de modo que se erija en propietario de la marca y la use a su antojo, reclamando la cotitularidad sobre la misma, el objeto es claro: impedir que su antiguo amigo de la infancia siga exprimiendo lo que en su dí­a fue una buena gallinácea. Se da el caso de que en su dí­a, los cuatro componentes originales registraron el nombre, pero dicho registro caducó, y en la actualidad se encuentra registrado «única y exclusivamente» a favor de España, quien, más espabilado procedió a su registro de forma individualizada en 2003.

Igualmente Almendros entiende que la revisión que España está haciendo de los temas por ambos compuestos supone una traición al «espí­ritu» original de la formación y a la calidad técnica de las grabaciones en su dí­a realizadas.

España, por su parte, cifra sus pretensiones en declarar que en todo caso él era el «espí­ritu» de la formación original, que constituí­a su imagen, que Almendros no fundó el grupo (esta afirmación resulta en verdad gratuita pues argumenta que Almendros no participó en la grabación del single producido por Sepulvedana Records de «La Guardia del Cardenal Richelieu» embrión original de la posterior formación; el motivo de no estar presente lo era merced al cumplimiento de un deber inexcusable, esto es, la mili, circunstancia que aprovecha España ante las instancias para desacreditar a Almendros), y que, en suma, puede hacer lo que le dé la gana..

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Los Trópicos de Capricornio

tropicoLa paz interior es el mito de la felicidad. La insatisfacción es mi losa. Esperaba que tu amor la abriera, que me llamara desde fuera con voz cálida. Pero la palabra que más hiere es la que se calla. La hostia que más duele es la que no se da. El dolor más terrible es el que se espera, no el que se pasa dejando en la superficie de los nervios la huella de su nombre. El final que se vislumbra es la esperanza que muere. Y muere porque tiene que morir. Como la fruta tiene que madurar y el sol alumbrar. Así­ mi corazón mastica palabras de muerto que nunca te digo por miedo a perderte, por miedo a retenerte. Busco consuelo en esas ruinas que te enseño para que te enamores de mi. Recojo palabras en las calles, cuánto más sucias mejor, para transformarlas en conocimiento escrito y honrarte. Esmegma pútrido y lefa grumosa, se convierten en un te echo de menos, en un no te marches por favor. Cúrame te digo, pero es sólo una tregua para volver a herirme. Las noches son frí­as en esta primavera de castigos carnales. Busco palabras que te bendigan, que limpien mi guarida pestilente de soledad. Como un nómada que pide permiso a los dioses para acampar con su rebaño, pido permiso para acampar sobre tu cuerpo cansado. Luego busco oraciones en el aire y las dejo prendidas en el viento. Escribo oraciones en las piedras que amontono a las orillas de tu corazón. Voy saltando sobre ellas e intento cruzar el rí­o que nos separa, como cuando era niño y jugaba a piratas con espadas de juncos. Cruzar un rí­o que es un océano para ganar tu corazón sin dueño. Añoro ese rí­o y el océano, donde la culpa se transformaba en algas soñadoras. Donde puedo escuchar el mar, si acerco tu nombre a mi oí­do. Añoro una vida plena lejos de los errores del pasado, limpiando las manchas del alma con un beso y sin preguntas. Pedir perdón será dar las gracias. Así­ el amor transformará el coño seco de una prostituta, en el origen del mundo.

A veces mi ánimo se resquebraja, como mis vaqueros en aquella bolera. Como una boñiga seca, frágil y descompuesto, sustento de las flores de tránsito que crecen en las carreteras que recorrimos. En medio de todo esto, mi único objeto y sujeto, es tu expresión. Llevo una vida entera esperando verte sonreí­r. Si me voy es por recordarte. Si me voy es por volver al lugar donde dejé mi coraje, mi respeto, mi armadura de caballero. Si te busco encuentro la misma tristeza mordida en tus dedos. Si te busco me encuentro con tu prisa. Dejas que te abrace, porque amar siempre fue de cobardes. Y sin ti, apenas sé qué es lo que significó Roma, y porqué Cartago cerró los caminos de ífrica. La falta de sentido es haber inventado el lenguaje, para hablar sin cambiar nada, para hablar sin que pesen las palabras. Ver Roma es ver Roma sin ti. Roma ha perdido en sus colinas el diluvio de las piedras y el fuego eterno de los dioses. Mientras uno se obstina en perseverar el deseo del inicio, la llama primigenia no debe extinguirse y el sacrificio exige el cuidado atento de cada brasa, de cada ráfaga de aire que amenaza. Antes, en los templos romanos, habí­a ví­rgenes consagradas a mantener encendido siempre ese fuego, que pagaban con su propia vida. Hoy las doncellas ya no tienen que cuidar el fuego, sólo recalentarlo. Y yo siempre estoy ahí­. Persevero, como persevera la enfermedad, como quien se siente enfermo del hí­gado. La perseverancia crece y se reproduce sola, anulando el resto de deseos, es un cáncer moral que redime la conciencia. La perseverancia es una manera de atrapar el deseo. Manteniendo las mismas ganas de besarte que el primer dí­a que te besé. Ahí­ estábamos los dos, como dos estudiantes abrazados en la noche de piedra, compartiendo las mismas dudas y dolores, los dolores cotidianos en los que vivimos, los abismos cotidianos que cruzamos sobre un alambre y sin red. Hay instrucciones para subir una escalera, para darle cuerda a un reloj, para andar sobre un alambre, pero no para amar y mucho menos para vivir. Sufro tu desapego y ansí­o el mí­o. Ahora buscamos en los Trópicos de Capricornio nuevos aires venidos del sur para remontar el vuelo. Me voy con la mirada abierta, con el corazón atento, en busca de nuevas lenguas y nuevos licores. Nos vamos para poder hablar mejor de la vida, para conocer mejor tu saliva y la mí­a, la savia de las secuoyas, la piel de las yucas, las picaduras de los mosquitos, la laguna de los hombres adormidera, los caprichos de una botánica confusa, los maestros-magos que enseñan en las aldeas el valor del cero y cómo tejer vestidos con hilo de palmeras. Los pájaros, los sueños, la pobreza y los silencios de la muerte en las postas de San Ignacio. A la vuelta habrá tiempo para la ética de la autonomí­a, la beneficencia, la no maledicencia, la justicia. Habrá tiempo de hablar de la muerte… porque un dí­a empecé a ver muertos. De la morfina, de la agoní­a, de los besos de coca, de la sangre de las cerezas, de los rojos de Chagall, de cómo atraer la lluvia sobre las cosechas. De cómo el cuerpo que sufre empieza a decirle al alma que su tiempo se apaga. Y entonces me olvidaré de ti, para poder pensarte de nuevo, para poder conocerte de nuevo, para poder amarte otra vez. Amarte con todo lo que soy. Hablarte a tu corazón, con las palabras precisas. Hablarte a los ojos. Entonces comprenderé que todo está bien, que todo era bueno. Renuncio a la prisa y al humo de mi boca. Renuncio al desánimo y a la deserción. Así­ me voy. Me llevo todo lo que soy para dejarlo en algún lugar y regresar renovado, de tu mano.

Por cierto, esta especie de confesión en ví­speras de un viaje a Sudamérica, tiene poco que ver con Los Trópicos que nos dejó escritos H. Miller. Y dicho sea de paso los trópicos de Miller son libros que uno deberí­a leer al menos una vez en la vida. Su mirada olfatea las calles del deseo y los abismos del alma. Pero de eso hablaremos en otra ocasión, quizá a mi vuelta. Un abrazo.

Siempre vuestro, Dr J.

Si Pierdes el Vuelo

avion

A modo informativo: Si pierdes el avión por la causa que sea o decides en el ultimo momento no viajar, normalmente, la compañí­a aérea no te devolverá el dinero del billete pero tienes derecho, siempre y en todos los casos en que no hagas uso del billete, al reembolso de las tasas de aeropuerto. Tal y como están las cosas con los vuelos de bajo coste, hoy por hoy las tasas de aeropuerto pueden suponer más dinero que el propio billete.

Dicho queda.

Imagen original en morguefile.com

The Allman Brothers Band | At Fillmore East (1971)

Ahora sí­. Una vez que Destevaster destapa ‘su’ tarro de las esencias con su estilo jazzí­stico, no me voy a guardar nada en el tintero; voy a por todas, a tumba abierta, e inauguro una nueva sección que se ha tocado sólo tangencialmente hasta ahora: LOS GRANDES DISCOS DE ROCK EN DIRECTO. Y para empezar, evidentemente, necesitamos una joya…..

allmanCorrí­a el mes de marzo, concretamente los dí­as 12 y 13, y sencillamente ocurrió, o al menos éso destilan las grabaciones que quedaron de aquel ‘encierro’, shows maratonianos en los que el grupo daba/se entregaba y el público recibí­a atónito, extasiado y extenuado (Woodstock habí­a quedado atrás…); quién dijo jazz: aquí­ hay un compendio musical…

Sobre el repertorio prefiero no hablar, está listo para disfrutar en toda su intensidad: «In memory of Elizabeth Reed», «Stormy monday», «You don’t love me», «Whipping post»… sólo éstos cuatro temas (16 minutos de media) hacen descarrilar un tren: la base rí­tmica a golpes de doble baterí­a y bajo, las dos guitarras en un contí­nuo ‘bis a bis’ y los eternos teclados (nunca han sido imprescindibles salvo aquí­…). La versión extendida en CD completa el ya de por sí­ completí­simo ‘doble vinilo’ con los temas que aparecerí­an en el postrero disco Eat a peach (con los 33 minutos de la monstruosa «Monutain Jam», je je; y la joya «One Way Out») además de la gloriosa «Hot ‘Lanta» (pufff); no, si al final me pondré a cantar…

Previamente el grupo habí­a editado 2 LP, aparte del trabajo publicado con la denominación Allman Joys y Hourglass, y poco después del concierto, el infortunio ‘se alió’ con Duane Allman estampando su moto y su maltrecho cuerpo contra un camión, empezando la leyenda… a partir de ahí­ el protagonismo de la banda la comparten el hermaní­simo Gregg junto con el ‘segundo’ guitarra Dickey Betts, y paren uno de los mejores discos de la historia, «Brothers & sisters» (1973). los derroteros posteriores de la banda han sido bastante irregulares hasta hace poco, con la sabia nueva del í­nclito Warren Haynes (véase Gov’t Mule) y la del sorprendente Derek Trucks (nada más y nada menos que el hijo de uno de los baterí­as, Butch): ojo con éste chaval…

Lo dicho, disco irrompible, irrepetible (ojo, hay muchos directos de los Allman por ahí­ y el de Atlanta es acojonante, pero como éste ninguno), irrevocable, para escucharlo y disfrutarlo sin prisas, sin pausas…

Me he dejado muchas anécdotas en el tintero, pero como no quiero hacer un artí­culo ‘a lo Chuck Norris’, ya iran saliendo, invito. Sólo deciros que continuaremos con otro consiertaso, a saber…