The Screamin’ Cheetah Wheelies | Magnolia (1996)

magnoliaVolvemos a los noventa, y de nuevo con un trabajo que puede competir con los mejores de ésa década. Me llegó como llegan las grandes cosas, de forma inesperada y de la mano de un gran amigo. Ya se habló en su momento de los Blind Melon y se dijo que «Soup» era uno de los discos más emocionantes del fin del siglo XX. Pues bien, junto con el «gran Grace» de Buckley (Jeff, que si hablamos de papá nos da algo…), aquél Soup y éste Magnolia, nombres sencillos para grandes destellos de magia, conforman una especie de trilogí­a de discos de música atemporal, rock de siempre, que si bien beben de las fuentes tan citadas por aquí­, salen con la espontaneidad de unos jóvenes genios, en tres años consecutivos (94-96). Lamentamos las pérdidas de Hoon y Buckley; Mike Farris vuela en solitario, según creo…

Se puede hablar de los mejores inicios de discos (otro tema posiblemente interminable), pero las tres canciones que abren éste no te pueden dejar indiferente: Backwoods Travellin’, Gypsy Lullaby y Hello From Venus estremecen, son clásicos inmediatos, entran a formar parte de tu banda sonora vital. La voz de Farris está clavada en cada nota, parece que nació para cantar éste disco; y el grupo te lleva por un soberbio rock acicalado de soul sencillamente aplastante, con duetos de guitarras inmejorables, pasando por temas sólidos, I Found Love, Magnolia, Father Speaks (uff), para terminar con You Are…temblando sólo con recordar éstos temas al escribir sus nombres.

No me quiero enrollar más; en algún sitio leí­ que éste es un disco «como un viaje al paraí­so», estoy de acuerdo
Gracias Johnny

The Stooges | Fun House (1970)

Un latigazo a la historia del rock; una vuelta de tuerca (necesaria) a un género que habí­a experimentado demasiado en los últimos 4-5 años: psicodelia, progresivo, rock duro, varios revivalismos puristas, etc, etc. Hací­a falta algo nuevo; ya estaban los Rolling, los Bitels, los Who (y los Guess Who; qué pedazo de grupo), los Allman, los Creedence y los Dylan/Young/Bowie; los Cream/Zep/Blak Sabbath/Deep Purple; los Crimson y los Softmachí­n y por supuesto FZ… innumerables grupos que con un par de LPs habí­an sentado las bases del Rock… hací­a falta algo más? Pues sí­, hací­a falta Iggy & The Stooges.

funhouse Hace poco un colega me dijo «a ver si comentas algo de los Estuyis»; casualidades de la vida, llevaba escuchandolos y redescubriéndolos unas semanas…y, bueno, aprovecho la oportunidad.

El cabraloca de Iggy Pop lo tení­a claro, su pose «Jagger like» incluida; ya con los hermanos Asheton habí­a sacado un disco de debut acojonante (I wanna be your dog aún resuena en mi cabeza) y para el segundo dieron el pelotazo; sólo más tarde, en el 73, sonarí­an tan desbocados; pero eso es el Raw Power y merecerí­a otra entrada, otro momento, otro lugar.

Con el Fun House nos sobra; con sus siete temas quedamos satisfechos, extenuados; agradecidos por el derroche, musical y vocal, en un disco que suena claramente como tocado en directo (mi olé al productor), tomado de la noche, la juerga… La equí­voca portada, un Iggy retorciéndose enguantado de negro (ambigüedad en el Rock? Pregúntenles a l@s New York Dolls, je je) sobre una imagen de su rostro; y el personaje que se asoma?

Y sobre el repertorio musical, en fin, qué decir, basta pinchar el disco/darle al play, escuchar el primer aullido de la bestia iguana y dejarse llevar, ya no hay remedio, hasta el final… una primera parte de temas cortos y salvajes (Down On The Street, Loose y TV Eye), afilados y certeros, en los que el grupo se deja gustar, y escuchar. Luego la cosa cambia, el inicio de Dirt nos sumerge en otro universo, temas largos desasosegantes, oscuros, con un Iggy susurrante/desbocado; 1970 representa perfectamente el sonido del grupo, un magma denso salpicado al final por un saxo!. La canción que da tí­tulo al LP es una fusión perfecta de todo lo anterior, guitarras estridentes, los aullidos telúricos de Pop, el toque soul del saxo, todo con una sección rí­tmica algo funky, genial. Y para terminar, la locura, el exceso, LA Blues

Y si a todo ésto lo rociamos de gasolina y le acercamos una cerilla, tendremos el Raw Power.

Traffic | The Low Spark Of High-Heeled Boys (1971)

traffic low sparkPudiera parecer, en una primera escucha, que Traffic es un grupo flojo, del montón de tantos que salieron en los setenta. Craso error. Muchos caí­mos, algunos (pocos) volvimos a escuchar los temas y todo cambió. Puede que sean pequeños detalles, quizá el estado aní­mico, o simplemente porque son unos tipos que tocan de maravilla, o todo junto. Steve Winwood era la cabeza pensante, eso estaba claro, la mayorí­a de los temas suyos, su voz inconfundible hasta debajo de agua, sus siempre presentes teclados, etc…y que conste que a mí­ me ha cansado en ocasiones (lo siento Soyyo). Pero luego estaba el grupo, y eso es otra cosa, cosa fina…la baterí­a impecable, genial, de Jim Capaldi; las flautas y demás vientos de Chris Wood…en éste LP además participan tipos como Rick Grech (alguien recuerda Blind Faith?) y Jim Gordon. Dave Mason abandonó demasiado pronto…

Dejémoslo claro, Traffic tuvo varias etapas: la primera fundamentalmente con los dos primeros LP’s (Mr. Fantasy, 67; Traffic, 68), pop psicodélico con elementos anunciadores de lo que vendrí­a después (Dear Mr. Fantasy-la canción- y Feelin’ Alright-clásico inmediato- son un buen ejemplo). Luego vendrí­a la que yo considero más fructí­fera y mejor (70-73), con discos de tí­tulos largos y pomposos (John Barleycorn Must Die, The Low Spark…, Shoot Out At The Fantasy Factory), junto con dos grandes directos: Wellcome to the canteen (71) y On the Road (73). La 3ª etapa es la más refinada musicalmente hablando, con un LP como When The Eagle Flies (74), que es la delicia de algunos, but not for me…

Y el disco que traigo aquí­ es de lo más representativo de ésa 2ª época, tranquilo (ojo con algunos momentos, que ponen los pelos como escarpias…) y con un desarrollo sencillamente perfectos. Hidden Treasure nos introduce en el universo Traffic; en 4 minutos, sin quererlo, nos percatamos de que va a ser un gran disco, y con el tema que le da tí­tulo nos quedamos alucinados, 12 minutitos que no queremos que acaben, con momentos para todo: solos de piano-órgano (Winwood se sale), flauta-saxo, guitarra, con un acompañamiento de sección rí­tmica preciosista (ésa baterí­a!!). Rock’n’Roll Stew nos saca del nirvana con un tema cañero. Luego volvemos con dos temas jodidamente inolvidables, Many A Mile To Freedom y Rainmaker, dos joyitas, separadas por un tema compuesto y cantado por Capaldi, algo flojo eso sí­.

En fin, un grupo altamente recomendable y peligrosamente adictivo…

Creedence Clearwater Revival | Cosmo´s Factory (1970)

creedence Una de callos. Un puñetazo en el estómago. Un muro sónico. Y por supuesto, aguas pantanosas…siempre el sonido casi sólido y húmedo que nos trasporta a lugares de lluvias abundantes y ritmos acordes, de cerveza tibia y blues añejo. Estoy hablando del Rock Sureño y estoy hablando de los Creedence (la Criden, como me la nombraron por primera vez, con aquella cinta verde…). Hay grupos de Sureño que lideran éste estilo por méritos propios: mis amados Allman, los gamberros Skynyrd, etc, pero los Creedence tení­an un sonido único, cristalino, embriagador; de hecho mucha gente conoce de oí­das sus canciones sin tener ni puta idea de quiénes son, y sin poder evitar un ligero movimiento rí­tmico cefálico, que no fálico (o sí­?), así­ como un tarareo involuntario de las notas (reconozcamos que ésto es difí­cil de conseguir). Los hermanos Fogerty, Tom y sobre todo John, Doug Clifford y Stu Cook, sabí­an lo que se hací­an.

Y siempre que escucho a los Creedence (muy a menudo) me acuerdo del Notas, el gran amigo Lebowsky, ése personaje encarnado de forma magistralmente entrañable por Jeff Bridges, capaz de lamentar el robo de su coche sólo porque en él iban unos casettes de los Creedence…y sí­ amigos, todos nos hemos sentido alguna vez como el Notas, la vida te pone a veces en situaciones que se podrí­an, o deberí­an, arreglar con tales argumentaciones…

Y en fin, aquí­ tenemos el gran disco de «la Criden», el Cosmo, un soplo de aire fresco con ésta factorí­a de música atronadora: escuchen sin ir más lejos el tema que abre el disco, Ramble Tamble, para saber de lo que hablo, y sujétense al asiento, siete minutos que te dejan sin aliento para pasar por un rnr clasicón, Before You Accuse Me, a la segunda descarga, Travellin Band (que por cierto apesta a single de éxito) y revisitar el ritmo rocanrolero con Ooby Dooby. Aires country con el clásico Lookin´Out My Back Door y ambiente tétrico con el inicio de Run Through The Jungle, volviéndome a remitir a la pelí­cula de los Cohen… Up Around The Bend es un jodido clásico del Rock, sin apelativos, para seguir con otra versión de rnr, My Babe Left Me. Luego nos llega la cálida lluvia incesante con Who´ll Stop The Rain, otro clásico imparable, que parece haber habitado en nuestro subconsciente hasta revisitarlo con las primeras notas. Y el plato fuerte del LP, la versión que hizo famosa Marvin Gaye (antes de sus What´s Goin On y Let´s Get It On apabullantes, otra historia), pero con una considerable vuelta de rosca: 11 de minutaje con un sonido envolvente que no te suelta hasta el final, cuando se va apagando lentamente, y tí­tulo pomposo, I Heard It Through The Grapevine…hasta llegar a la balada del disco, para terminar, Long As I Can See The Light, impagable.

Ocasión he tenido de verlos, hace un par de años, al lado de mi casa, con grandes ausencias anunciadas, unos viejos que toman bebidas enriquecidas y aspirina, evitan el sol y abusan de la TV; pero en fin, sonaban de puta madre con los (menos seniles) que llevaban, comandados por Cosmo en pantalones cortos, y si cerrabas los ojos, podí­as ir a aquellos lugares de sol interminable bañados por la lluvia, y la cerveza.

A todos los que se consideren amantes de la música Rock, los Creedence…

The Faces | Ooh La La (1973)

disquilloPues sí­ colegas, aquí­ un grupo hecho por y para (y posiblemente a causa de) la cerveza, para ésas juergas en bares sucios con olor a destilación enólica y finales algo eméticos, de difí­cil evocación visual y fácil recuerdo nostálgico. De acuerdo, ya tení­amos para eso a los Rolling y a los Doors y a los 091, pero los Faces también tení­an lo suyo…
Habrí­a que ir un poco atrás y poner en antecedentes; los Small Faces fueron un gran grupo, de eso no cabe duda, portavoces del más puro rhythm & blues británico, liderados por el bestia de Steve Marriott, que dejó el grupo en 1969 terminando por formar una de las bandas más ruidosas del «hard», los Humble Pie. Los que quedaron (Ian McLagan, Ronnie Lane y Kenney Jones) no tuvieron nada mejor que hacer que juntarse con dos buenos canallas: Ron Wood y Rod Stewart, casi nada (éste último ya nos habí­a dejado atónitos con su voz en los dos primeros trabajos del Jeff Beck Group: absolutamente recomendados); y ahí­ comenzó la historia, con discos geniales como First Step o A Nod is As Good As a Wink… o el gran Long Player; pero yo me quedo y aquí­ os traigo éste de tan sorpresivo nombre y deprimente portada…

guys…un gran compendio de temas para disfrutar con una buena cerveza en la mano, o un güisqui, con buenas compañí­as (o malas si gustan), haciendo gala y honor «de los grandes discos de corta duración» (y de ésto se podrí­a hablar largo y tendido…); en sus entrañas de apenas media hora se encierran canciones inolvidables y evocadoras de tiempos (que uno creí­a) imperecederos: Silicone Grown abre el disco con solidez al más puro estilo Faces, al igual que My Fault; una joya alumbra la cara A, Cindy Incidentally , con la salvaje Borstal Boys para alertarnos con su sirena… La cara B es deliciosa, empezando con un instrumental, pasamos por baladas increí­bles (If I’m On The Late Side o Glad & Sorry) y otro tema inolvidable, Just Another Honky, para terminar de forma acústica con el tema que da tí­tulo al disco, preziozo

PD: y por si fuera poco, ya tenemos la caja de los Faces, 4 CD cargados de temas en directo, la mayorí­a inéditos (Five Guys Walking Into A Bar…-2004); pa perdérsela, aeh