Las Partí­culas Elementales

Si analizamos el deseo y sus consecuencias nos damos de bruces con uno de los motores de nuestra sociedad. El deseo siempre engendra dolor y sufrimiento. El deseo crece y nos devora si no consigue su objetivo. Ésa es la pugna, la inmediata consecución del placer. La evolución pasa por abolir el deseo, por separar el sexo de la reproducción… será esa la verdadera liberación sexual. El racionalismo y el individualismo son las consecuencias de lo que Houellebecq denomina segunda mutación metafí­sica: la era de la ciencia. El materialismo y la vanidad se extienden acabando con la experiencia trascendente, con el amor. La muerte se arrincona, la vejez se desprecia, el sexo se libera, los poetas mienten desconcertados y el humor sólo nos permitirá sobrevivir unos años más hasta terminar con el corazón hecho polvo. Somos pobladores de desiertos inhóspitos. Partí­culas elementales con esferas privadas, mónadas desorbitadas que han perdido la fe en el mundo.

M. Houellebecq disecciona nuestro Apocalipsis a través de la vida de dos hermanastros. Uno, investigador de biologí­a genética nominado al premio Nobel, que abre las puertas al mundo feliz de Huxley, la tercera y lúcida mutación metafí­sica. El otro un profesor de Literatura abandonado a los placeres venéreos. Dos triunfadores de nuestra sociedad que no pueden escapar de la soledad y la amargura. Ambos dejados por su madre para ingresar en una comunidad hippie de la nueva era. Aprovecha sus naufragios para incidir en las llagas de nuestra sociedad. Humor, vitalismo desesperado. Esta novela no deja indiferente. Lo que hoy es inaccesible, mañana será conocido y sencillo. Una nueva humanidad emerge sobre las ruinas de la nuestra, ya no hay muerte, y tienen derecho a vivir su vida.

En toda la superficie del planeta una humanidad cansada, agotada, llena de dudas sobre sí­ misma y sobre su propia historia, se disponí­a, mal que bien, a entrar en un nuevo milenio»

«Las Partí­culas Elementales», de M. Houellebecq

A pesar se todo, hoy he visto a un hombre paseando con un acordeón a la espalda. Siempre vuestro, Dr. J.

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    [Página oficial de Michel Houellebecq]
    [Biografí­a de Michel Houellebecq]
    [Charla con el cabrón expiatorio. Arrabal conversa con Houellebecq]
    [Con Houellebecq llegó el escándalo. Entrevista]
    [Freud, Lévi-Strauss y Houellebecq: Una reivindicación del orden]
     

Grand Funk Railroad | Grand Funk (1970)

Grand FunkPocos grupos lo tuvieron tan jodidamente claro: ROCK. Quizá por eso al final les pasó como a otras grandes bandas, paso al sonido comercial, batacazo (y no precisamente en las listas) y se acabó, al menos para sus seguidores más puros, los rockeros de siempre.

Pero volvamos a lo bueno, el principio, año 1969, tres peludos cada uno con su instrumento (musical?) en las manos y ganas de hacer algo grande, y un cuarto (Terry Knight) con la cabeza poco amueblada pero con los cojones de poner a sus colegas a tocar ante 125.000 almas en el Atlanta Pop Festival, y de ahí­ a la gloria. Probablemente el momento no fue el ideal, ya se habí­an consagrado Cream, Jimi Hendrix & Co, y estaban gestándose bombas com Led Zeppelin y Black Sabbath, pero en los USA eran ellos quienes meneaban multitudes.

GF-portadaDisco de debut muy bueno (ON TIME, 1969) con varios temas para la historia, «T.N.U.C.», «Into the sun» o «Heartbreaker», y un comienzo premonitorio, «Are you ready»… Su 2º LP es el que os traigo aquí­, quizá por su fuerza desaforada, la ausencia casi total de medios tiempos para relajarse (éstos tipos no sabí­an o no querí­an hacer baladas!!), salvo quizá «Winter & my soul». Y es que era el 2º disco grabado en 5 meses (el 1º en junio y éste en octubre del 69!) y eso se nota: música que brota, sangra, a borbotones. Para qué comentar los temas, todos bestiales y redondos, de buen minutaje para sus partes instrumentales de rigor: «Got this thing on the move» (cómo empezaban éstos chicos los discos), «Please don’t worry», «High falootin’ woman», «Mr. Limusine driver», «In need» (tremendas sus versiones en directo), «Paranoid» (Black Sabbath, poco después), un clásico desaforado, terminando con «Inside looking out», casi 10 minutos de ejercicios musicales, como para quedarse a gusto. Luego más discos bastante buenos, a destacar «WE’RE AN AMERICAN BAND» (1973), con Todd Rundgren a la producción, cosa que más tarde intentarí­a Zappa, con menos resultado («GOOD SINGIN’, GOOD PLAYING», 1976)

En fin, el grupo de Michigan sabí­a lo que se hací­a, o no?

¿No conocéis a Grand Funk? ¿Las letras descamisadas de Mark Farner? ¿El bajo quebrantahuesos de Mel Schacher? ¿La habilidad a la baterí­a de Don Brewer?»

Homer Simpson

Estamos contigo, Homer

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    [Página Oficial de Grand Funk Railroad]
    [Página No Oficial de Grand Funk Railroad]
    [Allmusic.com | Grand Funk Railroad]
    [Wikipedia | Grand Funk Railroad]
    [Algunas canciones en directo]
    [MusicSearcher.com]

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Granada graffiti

El Planet Granada tienen entre sus muchas cualidades la de publicar toda foto que se archive en Flickr con la etiqueta «granada». Gracias a esta caracterí­stica he descubierto las fotos de dberm que está recopilando fotográficamente graffiti en Granada. Siempre he pensado que en esta ciudad tenemos muy buenos grafittis, entre otras cosas porque contamos con El Niño de las Pinturas.

[Actualización: 25/06/2007: Cambiado el enlace porque desaparecieron las fotos de dberm.]