The Stooges | Fun House (1970)

Un latigazo a la historia del rock; una vuelta de tuerca (necesaria) a un género que habí­a experimentado demasiado en los últimos 4-5 años: psicodelia, progresivo, rock duro, varios revivalismos puristas, etc, etc. Hací­a falta algo nuevo; ya estaban los Rolling, los Bitels, los Who (y los Guess Who; qué pedazo de grupo), los Allman, los Creedence y los Dylan/Young/Bowie; los Cream/Zep/Blak Sabbath/Deep Purple; los Crimson y los Softmachí­n y por supuesto FZ… innumerables grupos que con un par de LPs habí­an sentado las bases del Rock… hací­a falta algo más? Pues sí­, hací­a falta Iggy & The Stooges.

funhouse Hace poco un colega me dijo «a ver si comentas algo de los Estuyis»; casualidades de la vida, llevaba escuchandolos y redescubriéndolos unas semanas…y, bueno, aprovecho la oportunidad.

El cabraloca de Iggy Pop lo tení­a claro, su pose «Jagger like» incluida; ya con los hermanos Asheton habí­a sacado un disco de debut acojonante (I wanna be your dog aún resuena en mi cabeza) y para el segundo dieron el pelotazo; sólo más tarde, en el 73, sonarí­an tan desbocados; pero eso es el Raw Power y merecerí­a otra entrada, otro momento, otro lugar.

Con el Fun House nos sobra; con sus siete temas quedamos satisfechos, extenuados; agradecidos por el derroche, musical y vocal, en un disco que suena claramente como tocado en directo (mi olé al productor), tomado de la noche, la juerga… La equí­voca portada, un Iggy retorciéndose enguantado de negro (ambigüedad en el Rock? Pregúntenles a l@s New York Dolls, je je) sobre una imagen de su rostro; y el personaje que se asoma?

Y sobre el repertorio musical, en fin, qué decir, basta pinchar el disco/darle al play, escuchar el primer aullido de la bestia iguana y dejarse llevar, ya no hay remedio, hasta el final… una primera parte de temas cortos y salvajes (Down On The Street, Loose y TV Eye), afilados y certeros, en los que el grupo se deja gustar, y escuchar. Luego la cosa cambia, el inicio de Dirt nos sumerge en otro universo, temas largos desasosegantes, oscuros, con un Iggy susurrante/desbocado; 1970 representa perfectamente el sonido del grupo, un magma denso salpicado al final por un saxo!. La canción que da tí­tulo al LP es una fusión perfecta de todo lo anterior, guitarras estridentes, los aullidos telúricos de Pop, el toque soul del saxo, todo con una sección rí­tmica algo funky, genial. Y para terminar, la locura, el exceso, LA Blues

Y si a todo ésto lo rociamos de gasolina y le acercamos una cerilla, tendremos el Raw Power.

Que grande es el cine!

Anoche dí­a 26 de diciembre, concluyó tras 10 años en antena, el programa que conducí­a José Luis Garci, ‘Que grande es el cine’. Aquí­ especulamos con la posible razón, la imposibilidad desde el 1 de enero de fumar en el plató del programa. No me veo al Garci y contertulios mordisqueando una boquilla de plastico o poniendose parches de nicotina en directo. Si con todo y con ésto no puedes vivir sin ‘que grande es el cine’, puedes firmar aqui para pedir su vuelta.
Muchas gracias de corazón, y hasta siempre. Eternamente agradecido.

Free Culture | Lawrence Lessig

En ELíSTICO han traducido Free Culture, el último libro de Lawrence Lessig, figura destacada en el campo del ciberderecho. Catedrático de la universidad de Stanford, autor también de Código, y otras leyes del ciberespacio, y de The Future of Ideas. Es también presidente de Creative Commons.

free culture, Lawrence LessigFree Culture deberí­a traducirse en realidad con un tí­tulo bimembre: «Cultura libre», pero también «Liberen la cultura». Nosotros nos hemos quedado con el primero sin dejar de apuntar en una nota al segundo significado. Abajo incluimos enlaces tanto al texto completo como al Epí­logo, en el que Lessig avanza sus propuestas sobre las medidas concretas a tomar. A quien desee imprimir el texto le recomendamos, lógicamente, el archivo PDF; a quien desee leerlo en la pantalla, citarlo, o modificarlo a su gusto, el RTF. Al incluir figuras el RTF da archivos enormes, de ahí­ que publiquemos un archivo con figuras y otro sin ellas, aunque se marca dónde aparecen en el texto original. Pueden descargarse en el archivo zip que también incluimos, algo que recomendamos si se desea consultar las figuras con atención: insertas en el PDF y en el RTF, siguiendo el libro original, es difí­cil leerlas con claridad. Finalmente, el texto completo está disponible online.

Enlaces relacionados »

    [ Cultura libre (PDF, 1.2Mb) ]
    [ Cultura libre (RTF con figuras, 5.5Mb) ]
    [ Cultura libre (RTF sin figuras, 0.9Mb) ]
    [ Cultura libre – Epí­logo (PDF) ]
    [ Cultura libre – Epí­logo (RTF) ]
    [ Cultura libre – Figuras ]
    [ Cultura libre – HTML ]
    [ Cultura libre – Formato Palm Reader | (Cortesí­a de Albert Cuesta) ]
     

Texto original de Antonio Córdoba/Elástico.

Crimen y castigo | Fedor Dostoievsky (1866)

rojo
Despúes de ver la pelí­cula de Woody Allen “Match Point†, (para seguidores “Delitos y Faltas† reloaded), viene mejor que nunca pararnos un momento en la obra del escritor ruso.

Rodion Románovich Raskólnikov es un joven provinciano llegado a Petersburgo para estudiar en la Universidad y conseguir, finalizada la carrera, una colocación. Un buen dí­a el poco dinero que su madre le manda para mantenerse en la ciudad deja de llegar. Rodia se ve forzado a abandonar los estudios y se desliza paulatinamente hacia la indigencia. No tiene qué comer, viste harapos y pierde los pequeños empleos que realizaba. Su situación se hace insostenible.
De forma repentina el mundo de Rodia se transforma en una lucha diaria por la supervivencia, y en su descenso a los infiernos se ve rodeado de aquella parte de la sociedad que la pobreza ha convertido en desechos sociales; en objeto de abuso y humillación.
Inmerso en un mundo sórdido y envilecido Rodia se plantea cambiar la situación de injusticia, usando sus propias reglas.

“Se estremeció. Una idea tenida la ví­spera apareció de nuevo en su mente. Más no le estremeció su reaparición. Sabí­a, presentí­a que la idea volverí­a y hasta la esperaba; ni siquiera era del dí­a anterior. La diferencia estaba en que un mes antes, e incluso el dí­a anterior, la idea no era más que un sueño, mientras que en aquel momento…En aquel momento se presentó de repente no como un sueño, sino con un aspecto nuevo, amenazador, completamente desconocido para él, y de pronto Raskólnikov se dio cuenta de la diferencia… Sintió como un mazazo en la cabeza y se le enturbió la vista†.

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Traffic | The Low Spark Of High-Heeled Boys (1971)

traffic low sparkPudiera parecer, en una primera escucha, que Traffic es un grupo flojo, del montón de tantos que salieron en los setenta. Craso error. Muchos caí­mos, algunos (pocos) volvimos a escuchar los temas y todo cambió. Puede que sean pequeños detalles, quizá el estado aní­mico, o simplemente porque son unos tipos que tocan de maravilla, o todo junto. Steve Winwood era la cabeza pensante, eso estaba claro, la mayorí­a de los temas suyos, su voz inconfundible hasta debajo de agua, sus siempre presentes teclados, etc…y que conste que a mí­ me ha cansado en ocasiones (lo siento Soyyo). Pero luego estaba el grupo, y eso es otra cosa, cosa fina…la baterí­a impecable, genial, de Jim Capaldi; las flautas y demás vientos de Chris Wood…en éste LP además participan tipos como Rick Grech (alguien recuerda Blind Faith?) y Jim Gordon. Dave Mason abandonó demasiado pronto…

Dejémoslo claro, Traffic tuvo varias etapas: la primera fundamentalmente con los dos primeros LP’s (Mr. Fantasy, 67; Traffic, 68), pop psicodélico con elementos anunciadores de lo que vendrí­a después (Dear Mr. Fantasy-la canción- y Feelin’ Alright-clásico inmediato- son un buen ejemplo). Luego vendrí­a la que yo considero más fructí­fera y mejor (70-73), con discos de tí­tulos largos y pomposos (John Barleycorn Must Die, The Low Spark…, Shoot Out At The Fantasy Factory), junto con dos grandes directos: Wellcome to the canteen (71) y On the Road (73). La 3ª etapa es la más refinada musicalmente hablando, con un LP como When The Eagle Flies (74), que es la delicia de algunos, but not for me…

Y el disco que traigo aquí­ es de lo más representativo de ésa 2ª época, tranquilo (ojo con algunos momentos, que ponen los pelos como escarpias…) y con un desarrollo sencillamente perfectos. Hidden Treasure nos introduce en el universo Traffic; en 4 minutos, sin quererlo, nos percatamos de que va a ser un gran disco, y con el tema que le da tí­tulo nos quedamos alucinados, 12 minutitos que no queremos que acaben, con momentos para todo: solos de piano-órgano (Winwood se sale), flauta-saxo, guitarra, con un acompañamiento de sección rí­tmica preciosista (ésa baterí­a!!). Rock’n’Roll Stew nos saca del nirvana con un tema cañero. Luego volvemos con dos temas jodidamente inolvidables, Many A Mile To Freedom y Rainmaker, dos joyitas, separadas por un tema compuesto y cantado por Capaldi, algo flojo eso sí­.

En fin, un grupo altamente recomendable y peligrosamente adictivo…