Spirit | Twelve Dreams of Dr. Sardonicus (1970)

Spirit - Twelve Dreams of Dr. SardonicusAhora sí­, desde luego; no admito discusión, ni matices, ni mariconadas.

Grupo injustamente situado en la 2ª división de la psicodelia californiana, comandados por Ed Cassidy (baterí­a curtido en el jazz) y su ahijado Randy California (experto en mantener notas interminables con su guitarra) junto
con Jay Ferguson, John Locke y Mark Andes. Disco descubierto tardí­amente en mi escaso periplo musical, casi de casualidad, prácticamente un tropiezo… con Pepí­n.

Desde que empieza a sonar ya sabes que te encuentras en terreno desconocido, muy familiar eso sí­ (al fin y al cabo estamos en los 70), pero apabullante en matices, lleno de sonidos envolventes, compacto (prácticamente no te deja cortarlo de principio a fin) y con un poder adictivo evidente (pocos discos los he escuchado más de una vez el primer dí­a de tenerlo, y éste se llevó tres sesiones). Absurdo destacar una canción sobre las demás: un dí­a eliges «Prelude-Nothin’ to hide» (inicio meloso pasando a guitarras desbocadas en 3 minutos), otro será «Nature’s way» (simplemente emocionante) o «Animal Zoo» (un motor a ralentí­ nos mete en una melodí­a sencilla hasta que Cassidy pone las cosas en su sitio) o «Mr.Skin» (precedida del maravilloso interludio «Why can´t I be free»; impagables), «When I touch you» (la mejor del disco), «Street worm»

En fin, 12 sueños de música hecha por cinco músicos que sabí­an lo que hací­an (y, ojo, producido por David Briggs, recomendado por un tal Neil Young, próximo protagonista de ésta sección); un disco redondo, casi perfecto (al igual que la otra joya del grupo: «The Family That Plays Together» – 1968), indispensable, envidiables, irrepetibles.

Blind Melon | Soup (1995)

BLind Melon - SoupCambiando de época, que no de género obviamente (como dirí­a Dylan), nos metemos de lleno en uno de los grandes discos de los 90 (que no pasan de la docena: ahí­ queda éso, a picarse!)

El grupo de Shannon Hoon (una gran pérdida) ya comenzó con pie firme con su debut («BLIND MELON», 1992, magistral), con su música descansando sobre cánones conocidos (Led Zeppelin, ése inicio con «Galaxie»), con ramalazos en las raí­ces de sus «States» (Lynyrd Skynyrd, Grateful Dead…), pero con el sello inconfundible que los hará inolvidables, sus dos guitarras efectivas (increí­bles en «2 x 4» y en «Wilt»), su base rí­tmica clásica y la personalí­sima voz de Hoon (cómo transmite emociones tan variables el sioputa!) llevándonos por increí­bles temas, desde la sencillez («Skinned» y «Walk» maravillan), pasando por ambientes saturados («Toes across the floor»), cambios de ritmo («Dumptruck» apabulla, «St. Andrew’s fall» desconcierta), entreacto con voz telefónica incluí­da («Car seat») y temazos imperecederos como ése «Mouthful of cavities» (haven’t seen him smile in a little while…)

Alguien lo calificó como el disco más emocionante de los noventa; ahí­ queda dicho.

Free | Free (1969)

FreeDirectamente un soplo de ROCK puro y limpio, latiendo rí­tmicamente en las entrañas.

Para empezar, formación tipo cuarteto, clásica y directa: Paul Rodgers (la genuina voz del rock), Paul Kossoff (increí­ble guitarrista, tí­mido y soberbio; RIP, saludos), Andy Fraser y Simon Kirk (sección rí­tmica inolvidable). La repera. Quizás algunos prefieran su «debut album» (p.ej. Chamán, ein?), arrastrado y blusero; la crí­tica alaba su tercero (lleno de clásicos-alguien no ha oí­do «All right now»?- yo me quedo con «Mr.Big», posiblemente la mejor canción de Free), pero aquí­ resalto el segundo, éste self-titled album, el equilibrio perfecto entre los mencionados, una bofetada de rock hecho con mayúsculas, simple y melódico, sin artilugios , directo a las venas.

Para comenzar, nos conquistan con «I’ll be creepin'» y «Songs of yesterday» (ése maravilloso cambio de ritmo) para sumirnos en oní­ricas melodí­as… («Lying in the sunshine»), despertar en «Trouble on double time» (I’ve been a bad bad boy and I know I should be good, ja!) y deleitarnos con las guitarras acústicas y voces de «Mouthful of grass» (deliciosa). La cara B (joder, un homenaje al vinilo!!!) comienza en serio, «Woman» (comienzo antológico, 100% Free, y multicopiado durante décadas) y «Free me» (ésa guitarra de Mr. Kossoff aún emociona; Rodgers impecable; una balada para entrar en la eternidad). Lo que queda, «Broad daylight» y «Mourning sad morning» (ésa flauta aterciopelada), epí­logo de un disco redondo, MUY aconsejado, imperecedero. Y luego llegarí­a la herencia con Bad Company, pero ésto ya es otra historia…

Wired + Creative Commons

La revista Wired en su edición de noviembre regala un CD con 16 canciones publicadas bajo licencia Creative Commons, una alternativa cada vez más real al tradicional copyright.

Rip, mix, burn. Swap till you drop. The music cops can’t do a thing – it’s 100 percent legal, licensed by the bands. The Wired CD, copyrighted for the 21st century

En esta página están las canciones con sus respectivos enlaces para que te las puedas bajar en formato mp3. Hay gente como Beasty Boys, Gilberto Gil, Thievery Corporation o Le Tigre.

Beastie Boys, Chuck D y My Morning Jacket han escogido la «Noncommercial Sampling Plus» , que permite compartir (por ejemplo en redes P2P), mezclar, interpretar, exhibir y distribuir copias de las canciones siempre que sea sin ánimo de lucro. Los otros artistas han elegido la licencia «Sampling Plus» , aún menos restrictiva ya que permite, con ciertas condiciones, un uso comercial de las canciones.

En el apartado especial que han hecho para Wired en Creative Commons, también están las canciones y una explicación mejor de las licencias.

Esto es un ejemplo de lo que permite la Creative Commons, iniciativas interesantes. Algunos deberí­an tomar nota.

Que os aproveche.

The Kinks | Something Else by the Kinks (1967)

Uno de los grandes discos pop de la historia. Y punto. Seguimos…

Liderados por el genio irresistible de Ray Davies, The Kinks ha creado escuela en subgéneros y estilos tan diversos como el r&b blanco, el hard rock, el glam, el punk… con discos irrepetibles como el «Face to Face» (1966) o el «Arthur (Or the Decline and Fall of the British Empire)» (1969) y el «Lola vs. the Powerman & the Money-Go-Round, Part One» (1970; tiene cojones, no hubo 2ª parte); sin embargo, me quedo con éste por nostalgia personal, por calidad en general y porque Sí.

Engañosa portada que lo sitúa equí­vocamente en la fórmula tan de moda en aquella época de consumo de sustancias alucinógenas; disco menos duro que sus predecesores y más pulido en la producción. Repaso de estilos en toda regla: no temen recurrir a la bossa nova (sensual clima en «No return»), al music-hall de los años 20 en «End of the season» o las canciones de taberna (sorna en «Harry rag»). El hermano a la sombra, Dave Davies, se luce en una memorable canción («Death of a clown»). «David Watts» al más puro estilo mod; «Tin soldier man», con una sección de viento digna de una bigband; «Lazy old sun», tórrida postal de verano, ojo a las guitarras en «Love me till the sun shines»… y lo mejor para las dos joyas del disco, 100% savoir-faire Kinks, cinismo inglés de lo más chic: «Afternoon tea» y «Waterloo sunset», dos de las mejores exposiciones beat de los 60.

Escuchándolos algunos podrán responder a la vieja (estúpida) pregunta de los años 60: ¿The Beatles o The Rolling Stones?: The Kinks, por supuesto