Quizá sea deformación (no profesional, es evidente) o fijación o el hecho de que mi primer contacto con ‘los Tull‘ (contaba con unos 13 años) fue a través de los rasgueos de un viejo vinilo con la canción que da título al disco; también puede ser fruto de mis piques con «Soyyo»; el caso es que elijo éste disco del grupo de ‘los vagabundos’ porque es el que encuentro más ‘compacto’, completo, con los momentos más conseguidos de la banda. Aunque, reconozco, los hay mejores en su carrera…
Ya dejaron las cosas claras con su primer trabajo (This Was, 1968): blusero, con versiones acojonantes («Cat’s squirrel» para variar en aquella época; Cream lo hicieron un año antes) y un ‘temporal’ Mick Abrahams a la guitarra bastante acertado. Luego llegaron Stand Up (69) y Benefit (70), que nos trajeron al guitarra definitivo y compañero inseparable de de Ian Anderson, Martin ‘Lancelot’ Barrè, así como al 2º batería, Clive Bunker; éstos 3 tipos, junto a John Evan a los teclados y a Jeffrey Hammond al bajo, se juntaron para grabar éste sorprendente disco, tanto por el contenido lírico (una canción censurada en nuestro santo país: «My god», cómo no) como por el musical: las mencionadas «Aqualung» y «My god», junto con «Locomotive brath» y «Wind up» son las cuatro joyas sobre las que gravita el disco, con ritmos de guitarra inolvidables y solos con la travesera de Mr. Anderson que harían las delicias de más de uno (saludos A.). Si a éso le añadimos ‘pequeños’ ramalazos rockeros como «Cross-Eyed Mary» (tiene cojones el título) y «Hymn 43» (if Jesus saves, well, he’d better save himself) y delicias como «Wondering aloud» o «Slipstream», tenemos un disco brillante de principio a fin, para no quitarlo del equipo hasta que nos demos cuenta que ha terminado.
Luego vendrían otros discazos en otros tiempos (y con Barriemore Barlow, el tercer y a mi juicio mejor, batería de Jethro): los conceptuales THICK AS A BRICK (72) y A PASSION PLAY (73), LIVING IN THE PAST (72), MINSTREL IN THE GALLERY (75) – ahora mi favorito-, el directo BURSTING OUT, etc., y la frase lapidaria «Too old to Rock ‘n’Roll, too young to die» (efectivamente, don Ian, efectivamente).