O lo que es lo mismo, las Panteras Rosas (también el Ruido), la Jarapa y birra, por litros, momentos estelares de una adolescencia en su punto álgido encontrándose con su música; efectivamente, cada adolescente ha tenido su música (algunos Pearl Jam, Red Hot Chilinosequé y unos tales Nirvana, otros Massive Attack o Chemical Brothers y otros que no tienen ni putaideadeloquequieren), nosotros teníamos a los Cero, al Loco, a los Doors y al Boss, iniciando pinitos con Young o Dylan o los Crimson (de éstos éramos más bien pocos), y los compartíamos en la calle, con nuestros éxitos y fracasos.
Poner o destacar un disco de los 091 es tarea tan difícil como inútil, y supongo que cada cual seguirá el método infalible de la nostalgia, el disco que más le huela a calle, a cerveza, a amigos, a conversaciones que terminaban por la disartria inevitable…»y todo comienza a girar».
Precisamente es lo que me trae éste conjunto de canciones, a otro le pasará igual con «12 CANCIONES SIN PIEDAD» o «DEBAJO DE LAS PIEDRAS» o «MíS DE 100 LOBOS» (obviemos similitudes con cierto garito nocturno…); incluso hubo alguien que me pidió que le grabara «EL ÚLTIMO CONCIERTO» hace poco (ahí vienen sus canciones más chulas, no?; tienecojoneslacosa, en fin, uno cede, todo sea por los «0»).
Rock sincero, directo, y granaíno (ahí queda eso)
Hoy te vi cuando silbabas una canción de Charlie Parker
y he comprendido que no hay nada que pueda hacer
para impresionarte»
Pocos grupos lo tuvieron tan jodidamente claro: ROCK. Quizá por eso al final les pasó como a otras grandes bandas, paso al sonido comercial, batacazo (y no precisamente en las listas) y se acabó, al menos para sus seguidores más puros, los rockeros de siempre.
Disco de debut muy bueno (ON TIME, 1969) con varios temas para la historia, «T.N.U.C.», «Into the sun» o «Heartbreaker», y un comienzo premonitorio, «Are you ready»… Su 2º LP es el que os traigo aquí, quizá por su fuerza desaforada, la ausencia casi total de medios tiempos para relajarse (éstos tipos no sabían o no querían hacer baladas!!), salvo quizá «Winter & my soul». Y es que era el 2º disco grabado en 5 meses (el 1º en junio y éste en octubre del 69!) y eso se nota: música que brota, sangra, a borbotones. Para qué comentar los temas, todos bestiales y redondos, de buen minutaje para sus partes instrumentales de rigor: «Got this thing on the move» (cómo empezaban éstos chicos los discos), «Please don’t worry», «High falootin’ woman», «Mr. Limusine driver», «In need» (tremendas sus versiones en directo), «Paranoid» (Black Sabbath, poco después), un clásico desaforado, terminando con «Inside looking out», casi 10 minutos de ejercicios musicales, como para quedarse a gusto. Luego más discos bastante buenos, a destacar «WE’RE AN AMERICAN BAND» (1973), con Todd Rundgren a la producción, cosa que más tarde intentaría Zappa, con menos resultado («GOOD SINGIN’, GOOD PLAYING», 1976)
Tras subsanar los daños cerebrales producidos por los decibelios de éstos chicos del sur, es hora de recapacitar/comentar/honrar al grupo en cuestión. A los hechos me remito: sala Aqualung, Madrid, 20:30h, 31/03/05, el ambiente parece anunciar algo grande, el lugar apropiado, sobre el escenario apenas (?) se vislumbra una oronda figura, cabizbaja, colocando sus instrumentos (evidentemente: guitarras), no es otro que Warren Haynes (actualmente alterna su grupo con los Allman!!), luego aparecería el gran Matt Abts tras su peaso batería, y los acompañantes Andy Hess al bajo (según notas de Chamán primer bajista de los Crowes) y el teclista Danny Louis (para mí que casi sobra, salvo cuando toca el Hammond). Comenzaron con un correcto «Bad Little Doggie» para continuar con nuevo material (algo flojo, pero a mi juicio mejor que el The Deep End Vol.2) y hacer una pausa tras una hora (media hora para mear, ya sabéis) y reaparecer con los cojones bien gordos: soltaron un «Blind man in the dark» apoteósico y continuaron con sus grandes temas (incluidos «Trane» y «Mule») aderezados por algunas versiones inesperadas (si McCartney hubiera estado allí convulsiona), terminando con auténticos temas bluseros… unas 3 horas de jodido ROCK.
Existen ciertos temas que tienen la capacidad, la cualidad característica, de entrar directamente por las entrañas, producir cierto colapso adrenérgico-isquémico, para luego diseminarse vía sanguínea hasta el cerebro, y disfrutarlo entonces, tras la conmoción, creando ésa sensación de vacío que termina solamente al volver a escucharlo, entrando directamente en los sistemas límbicos de la memoria emotiva… todos conocemos algunos de éstos temas, pero discos completos de tales características hay pocos, y uno de ellos es MONGREL.