Dos reseñas sobre el Salvajemente Amateur 2007: una en «perdona de verte, me alegro que te moleste» y otra en «Style Propaganda», Desde bruto sólo podemos decir a los organizadores: ¡¡¡No somos dignos!!!
Category / Música
Un par de enlaces
Dos páginas a recomendar:
- Se trata de un friki del rock, argentino y que parece que disfruta, no sé si más con la música o escribiendo sobre ella.
- Y la otra paginita bastante interesante de unos tipos que comentan y se entretienen con la música, de orientación jazzística, pero ojo, tiene una sección de rock que incluso me parece más profunda e interesante. Y con unas recomendaciones acertadísimas, por lo que conozco.
Booker Little | Out Front (1961)
O lo que es lo mismo, “Booker Little and his Quintet featuring Max Roach†, detalle necesario y justo, reconocimiento puntual y sentido a uno de los mejores baterías del jazz; además, también figura en el grupito el gran Ron Carter, que luego se incorporaría al más famoso pero no por eso mejor “segundo quinteto Miles†; en los cortes donde no aparece Ron, lo hace Art Davis. Al piano, un discreto pero efectivo Don Friedman. Y los vientos, de otro planeta, Julian Priester al trombón equilibra los derroches virtuosos de las dos bestias principales: Booker Little (trompeta) y Eric Dolphy (saxos alto y bajo, y flauta), dos vendavales de juventud exaltada (23 Booker, 33 Eric) que sin embargo se intuyen veteranos quizás porque la muerte los esperaba a la vuelta de la esquina: a Booker ése mismo año por un “ataque de uremia† y a Dolphy tres años más tarde por una cetoacidosis diabética, dos complicaciones médicas hoy probablemente solucionables, entonces fatales, definitivas.
«Éste es el mejorrr disco de trrrompeta, y uno de los 3 mejorrres de jazz, jamás gggabado.» Ésas fueron las palabras textuales, en la feria del disco, que me soltó un alemán, chapurreando el castellano, desde sus dos metros de altura y tras 3 cajas de frutas repletas de vinilos de jazz, envuelto en una nauseabunda tufa por la evidente falta de higiene y los no tan evidentes efectos etílicos de la noche anterior. «Yo es que soy trrrompetista, sabe?» Me llevé el vinilo, no sin regatearle algunos eurillos y así fue como adquirí ésta maravilla. Razón tenía el gachón, además de advertirme la recomendación de no escucharlo a menudo: «muy denso, lleno de matises, puede saturrarr», concluía introduciendo los frutos (mermados) de la transacción en una caja de latón oxidada.
Bueno, ¿y el disco? Pues no me veo capaz de añadir nada más, completo y denso, sí, espectacular, con una mezcla de hard-bop y cool a ratos, con notas (Dolphy is here) del vanguardismo que vendría después y algunas partes realmente tremendas, por lo oscuro (el medio tiempo de “Moods in free time† es sobrecogedor, “Man of words† podría ser una marcha fúnebre…), el dejarse llevar en inacabables terminaciones (algo así como los Allman en los conciertos del Fillmore…), enganchando un solo detrás de otro: Booker-Julian-Eric-sección rítmica y vuelta a empezar para concluir el tema (sirva de ejemplo “Quiet please†).
Una joya para disfrutar… eternamente? Juzguen.
Rory Gallagher | Irish Tour (1974)
¿Esto huele a cerveza? ¿A mucha cerveza? ¿A whisky? ¿A mucho whisky? Sí, a todo eso (y más), pero sobre todo a música, mucha música. Como tantos otros conciertos «setenteros», y ya llevamos unos cuantos comentados, oídos, disfrutados, éste tiene su pedacito especial, tiene su marca exclusiva, su impronta imperecedera; que cada cual la identifique en sus escuchas, en sus recuerdos, en sus vidas. Para mi llegó en forma de paquete dedicado directamente de tierras irlandesas, las que «soportaron» los conciertos que resume el disco.
Y el disco comienza con un escueto «Ladies and gentlemen… Rory Gallagher«, seguido de un «mmmyeah» y de los primeros acordes de Cradle Rock, para entrar directamente en calor, por si no lo estabas ya al ojear la portada (alguna duda?), para continuar con un medio tiempo que se deja llevar en sus solos, I Wonder Who (Muddy Waters) y la conocida, casi comercial, Tatto’d Lady, ojo con el solo de los dos últimos minutos… la segunda parte del disco no puede empezar de una manera más propia, Too Much Alcohol, quien quiera entender que entienda… después de escuchar el tema; cambio a la acústica y ooohhh, As The Crow Flies (Tony Joe White), el respiro necesario para encarar los 9 minutos largos de A Million Miles Away y perderse en el tiempo y en el espacio… sabiendo que lo mejor probablemente está por llegar, «la tercera pica» se la reparten, a partes casi iguales, Walk on Hot Coals y Who’s That Coming?, pocos calificativos encuentro a mano para describir la primera de ellas, la otra para lucimiento del teclista Lou Martin, 21 minutos largos a los que sacarle partido en cada escucha, y terminar volviendo al blues añejo y cansino con Back on My Stompin’ Ground (After Hours), broche para el finiquito.
A destacar la sección rítmica, Gerry McAvoy (bajo) y Rod De’Ath (batería), por nombrarlos.
Unos dos años antes tenemos el Live in Europe, en formato trío, la pareja perfecta, también recomendado. Y si nos remontamos más ya nos metemos con el grupo Taste, y sus nada desmerecidos directos, Live Taste y Live at the Isle of Wight…
Poco más que decir, volvemos a la nostalgia, qué le vamos a hacer, somos débiles; aquí encontramos, sin ir más lejos, influencias de Leadbelly, Albert King, Freddie King, etc. Y la gloria se la llevaron otros que ya conocemos: no estoy comparando ni lo intento, sólo hago tributo a ésta figura «olvidada» del rock setentero. Un saludo «hígado-pasa».
A J.