Cambiando de época, que no de género obviamente (como diría Dylan), nos metemos de lleno en uno de los grandes discos de los 90 (que no pasan de la docena: ahí queda éso, a picarse!)
El grupo de Shannon Hoon (una gran pérdida) ya comenzó con pie firme con su debut («BLIND MELON», 1992, magistral), con su música descansando sobre cánones conocidos (Led Zeppelin, ése inicio con «Galaxie»), con ramalazos en las raíces de sus «States» (Lynyrd Skynyrd, Grateful Dead…), pero con el sello inconfundible que los hará inolvidables, sus dos guitarras efectivas (increíbles en «2 x 4» y en «Wilt»), su base rítmica clásica y la personalísima voz de Hoon (cómo transmite emociones tan variables el sioputa!) llevándonos por increíbles temas, desde la sencillez («Skinned» y «Walk» maravillan), pasando por ambientes saturados («Toes across the floor»), cambios de ritmo («Dumptruck» apabulla, «St. Andrew’s fall» desconcierta), entreacto con voz telefónica incluída («Car seat») y temazos imperecederos como ése «Mouthful of cavities» (haven’t seen him smile in a little while…)
Alguien lo calificó como el disco más emocionante de los noventa; ahí queda dicho.