Antonio Lobo Antunes | El orden natural de las cosas

Lobo AntunesHace bastante tiempo que lo tení­a en el punto de mira, en la inestable bandeja de “pendiente†, recomendado por un amigo de inevitable procedencia lusa, con el que comentaba obras de Torga y Saramago (el gran e inimitable Torga y el repetido y buen Saramago). Literatura portuguesa. Tan cercana, y sin embargo, tan (injustamente) olvidada. Y Lobo Antunes era una incógnita. Ahora es una realidad: mejor que Saramago, muy superior, alcanzando las altas cotas narrativas de Torga…

Empecé por “Tratado de las pasiones del alma» (1990) y quedé sorprendido por esa manera de narrar, algo densa pero embriagadora y tremendamente adictiva, sospechosamente nostálgica y absolutamente lúcida. Conforme leí­a me embargaban sensaciones que me recordaron mis primeras lecturas del Jinete Polaco o Maqrol el Gaviero, aunque con un tinte más dramático, incluso lúgubre, junto con escenas de humor dolorosamente hilarantes. Probablemente sus años de trabajo como médico y psiquiatra tienen mucho que ver en su estilo y en su manera de ver las cosas, su saber estar ante el dolor y la manera de trasmitirlo…

El orden natural de las cosas Y ahora todo se confirma tras la lectura detenida de “El orden natural de las cosas» (1992), saboreando cada capí­tulo, engarzando los distintos hilos argumentales en uno solo, diez voces monologando sobre la muerte, que se entrelazan en historias personales y delirios de locura, pasión, amor o soledad, y que se hunden debajo de ese olor a muerte que parece venir no solo de la pluma del narrador, sino también de los vientos que soplan en Portugal, un mundo lleno de cigüeñas que parecen llevar malos presagios, campos donde se esconden secretos que son revelados por la mano finí­sima y el escalpelo implacable de Lobo Antunes. Un diálogo de alguien que nos obliga a oí­r aunque no estemos acostumbrados a ello.

Literatura intensa, a veces difí­cil, a menudo desasosegante, tremendamente recomendable.

2 Comments

  1. No conocí­a nada de este autor, pero después de la descripción, no dudes de que me lo voy a leer. Gracias

  2. Aconsejado por el que suscribe el «post» inicié mis andanzas con «señor Lobo» por el segundo libro de su Trilogí­a: «El orden natural de las cosas». Ha sido vertiginoso de principio a fin; «mi pérdida de virginidad» en este tipo de literatura ha sido todo un placer.

    Reconozco que las largas horas en soledad debido a mi «proceso», han posibilitado ese estado capaz de concederle a cada palabra, frase y párrafo un TODO.

    Gracias Destevaster.

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