El Peregrino Querúbico | Angelus Silesius (1624-1677)

Me llamo Johannes Angelus Silesius. Una vez vi al diablo y tuve miedo. No tení­a una forma infernal, no era un macho cabrí­o andando a dos patas, ni una figura envuelta en llamas con rabo y tridente. Más bien tení­a rasgos familiares y una silueta que me recordaba… a mi madre. Sí­, era como mi madre, pero con los ojos de un enemigo que medita. Fueron esos ojos los que me estremecieron. Escondí­an el tormento de la desesperanza y la falta absoluta de amor, la guerra y la crispación del mundo. Esa visión me condujo a un profundo abismo, pero tuve la suerte de encontrar en ese abismo la ternura de Dios. Sin amor nada tiene sentido, con amor tiene sentido la nada. Eso fue lo que aprendí­.

Johannes Angelus SilesiusNací­ el dí­a de Navidad de 1624, en Breslau, capital de Silesia, hijo de familia protestante y educado en el gimnasio luterano de Santa Isabel. Mi madre falleció cuando contaba yo la edad de quince años, mi padre habí­a muerto dos años antes. Cultivé la poesí­a de los grandes maestros y mi alma siempre buscó el sosiego que la vida no me brindaba. A mis veinticuatro años era doctor en Filosofí­a y Medicina por la Universidad de Padua. Comprendí­ entonces que la curación del cuerpo y la curación del alma, seguí­an a veces caminos distintos. Empezaba a entender el mundo de otra manera, más amplia que la otorgada por mi educación ortodoxa. Todo lo centré en la búsqueda de la personalidad viviente de Cristo. En esta época comencé a escribir mis inquietudes y lo que mi corazón más anhelaba. Aprendí­ a utilizar el lenguaje para expresar lo que sentí­a mi alma y conocí­ el arte de los versos alejandrinos y los epigramas. Buscaba la libertad del eterno presente. Buscaba dar forma a mi religión interior. Por ese entonces era yo un médico de pueblo pero que no encontraba la plena satisfacción en las curas del maestro Paracelso, porque todo parecí­a depender del tiempo y de los designios de un Dios que no podí­a comprender. Un Dios que cogí­a higos de los cardos y examinaba el fondo de las cosas. Mundus pulcherrimun nihil. Me convertí­ al Catolicismo en 1653, tomando el nombre con el que me he presentado al principio. La visión demoní­aca que me aterrorizó, ejerció una gran influencia en este proceso de conversión. Entendí­ que era necesario luchar, que si no se le hace caso al amor, se muere de frí­o. Que el pecado se acompaña de tumulto, y en el silencio está la humildad y la sabidurí­a del que busca una sola cosa. Aquella visión me enseñó a la bestia, pero también el camino de su derrota, que no es otro que la transformación de bestia en hombre, y de hombre en ser angélico. Esta es la peregrinación del alma, el camino del ser angélico, la transformación que nos conduzca a la contemplación de Dios. Este era el milagro, que el lodo une a Dios con el hombre. Que el corazón es el reino, el corazón es el templo, el corazón es un sepulcro viviente. El fruto es la belleza, una rosa mí­stica que crece aquí­ y ahora y siempre, rodeada de espinas, sangrando sin marchitarse en las penas. El amor debe ser la senda y el epitafio. La llave para saber que nada es imperfecto, que una rana es tan bella como un ángel. Desde mi ordenación como sacerdote jesuita, mi vida se ha basado en la búsqueda contemplativa de Dios, reposar en la acción es la ví­a de la santidad. Me dediqué a escribir obras para educar en la fe, pero de todas las poesí­as de mi alma iluminada, me quedo con las ideas que tuvo mi corazón en su viaje hacia Dios. Un viaje que toda alma deberí­a hacer. El viaje del peregrino querúbico. Este libro que edité hace dos años, es el libro que recoge toda mi vida. Es mi legado de amador seráfico que proclama los santos deseos del amor para aquellos lectores que intentan inflamar santamente su corazón de Dios. Pero al final me cansé de escribir. Amigo, basta ya!, si quieres leer más ve y conviértete tú mismo en la escritura y la esencia.

Siguiendo la doctrina de Gerson, me instalé en la pobreza absoluta, el ayuno y la contemplación dentro de una vida cotidiana. Y a mis cincuenta y tres años sé que los abismos del alma conducen a la virtud y hacen más soportable los achaques infatigables de la terrible enfermedad que me aflige en estos últimos meses. Hoy apenas tengo fuerzas para sostener la pluma con la que escribo. La muerte se acerca al mismo tiempo que se divisa la luz de otra vida. Ahora es necesario volver al principio. Os dejo esta carta como manifiesto de mi tí­mida existencia. Quedad en paz, hermanos.

Breslau, 9 de julio de 1677.

Dedicatoria de El Peregrino Querúbico.

«A la Sabidurí­a eterna, Dios. Al espejo sin mácula, que contemplan los querubines y todos los espí­ritus bienaventurados con una admiración eterna. A la luz que ilumina a todos los hombres que vienen a este mundo. Al manantial inagotable y a la fuente original de toda sabidurí­a, les dedica y dirige estas mí­nimas gotas vertidas por la gracia de su gran Mar, su, con el deseo de contemplarlo y siempre muriente, Angelus Silesius.»

Siempre vuestro, Dr. J.

16 Comments

  1. En cuanto al artí­culo en sí­, explora una licencia , digamos, «atrevida», con ese uso didáctico de la primera persona; estas cosas yo creí­a que estaban reservadas a la gran «estilista» de bruto, es decir, la í­nclita, genial, etc, madame b; siempre demando seriedad, pero no me hacen caso ni mis amigos…

    Bromas a parte,Doctor Silesius, y su peregrino querubí­nico, representa el ocaso del lenguaje mí­stico, en concreto con la llegada de la edad moderna y el incipiente positivismo, y cómo muy bien nos aclara Elémire Zolla; esto es, una suplantación poética del lenguaje apofático, en el caso de Silesius o Tersteegen:y su hermoso «jardincillo espiritual», por una parte; una reacción antiracionalista en forma de esoterismo cosmogónico-alquí­mico(Fludd,,Kircher, y los sucesivos hijos esotéricos de la nación esoterista-dandista por excelencia: U:K); por último Kepler y la aproximación racional a la cosmogoní­a).
    Lo que nos ocupa hoy, la degeneración poética del lenguaje mí­stico, empieza a mentir y ha seguido mintiendo hasta hoy; trato de decir que un verso como:»retoña, cristo helado, mayo está ante tu puerta, si aquí­ y ahora no floreces , queda muerto para siempre», no es un haiku, desde luego, y empieza a tomar la senda del apego, la emotividad, el pensamiento dialectico-platónico(again)-muy bien reflejado en tu frase:»la curación del cuerpo y el alma siguen caminos distintos» (perdón: y una mierda, digo yo)-la poesí­a, la falsedad, el pecado, los demonios, y la moral católica, y esas cosillas.

    En honor a la verdad, mejor recuperar algo de quí­mica-fí­sica o una recopilación de los mejores chistes zen para no traicionar a la noética (desde luego, se liga menos)
    Un abrazo de esos que duelen…

  2. Supongo que te refieres al disco de Sabina: fí­sica y quí­mica de un tí­sico sifilí­tico… y ese tipo de mierda… pero no. Veo que tus ojos siguen viendo más allá, profundizan como un buzo en las aguas abisales. tienes razón, creí­ que una nota en primera persona harí­a más accesible al personaje y serí­a una puerta de entrada a su obra. Su obra no ha sido suficientemente analizada por mí­ en esta ocasión. Su lenguaje es barroco y lejano en nuestros dí­as. Toma de la poesí­a los versos alejandrinos en forma de epigrmas para volcar sus ideas. El peregrino consta de seis partes, que reflejan en parte el paso de su vida. por ejemplo, la sexta, es más festiva, más dada a ser leí­da en público, como una proclama… contiene arranques de júbilo y es el momento en que más silencio y ayuno guardaba. Su estilismo recoge elementos de una época, pero efectivamente la matriz del pensamiento ya habí­a sido formulada tres siglos antes por Eckhart. pero eso no resta oiginalidad a esta obra circular y enigmática, que nos sigue enfrentando a temas universales de la mí­stica como la insondabilidad de Dios, la vacuidad y el camino de la contemplación. Son como notas de un viaje que nos deja un autor que pasó de hombre a ser angélico, a ser querúbico, por gracia de dios. La mí­stica no es la palabra. al final de su vida dejó de hablar y de escribir, y cuando alguien le pedí­a que dijera algo él lo animaba a convertirse en escritura, en palabras, a convertirse uno mismo en la esencia. El medio poético no es el mensaje. aquí­ el medio son como esas flores que crecen en las veredas de algunos caminos, que uno se para de vez en cuando a admirar, para luego seguir el viaje. estos poemas son sólo flores que crecen a orillas de un camino, pero lo importante es ser tú el viajero, el peregrino querúbico. y no es desdeñable la influencia que estos versos ejercieron a grandes autores como Goethe o Schopenhauer.
    Y me apunto al festival de chistes zen: iban dos y se cayó el del medio.
    Un abrazo de esos que enternecen.

  3. quizá hubiera sido mejor decir que iban dos y se calló el del medio.

  4. Una reseña estupenda.

    Qué grande: «Sí­, era como mi madre, pero con los ojos de un enemigo que medita»

    Y también: » La llave para saber que nada es imperfecto, que una rana es tan bella como un ángel».

    Qué grado de anticipación perversa a «El cocodrilo embalsamado es la obra de arte por excelencia»!

    Saludos!

  5. Sólo añadir que lo de Sabina no tiene puta gracia; no juegues tus sucio trucos conmigo, cariño.
    Precisamente habrí­a que considerar la vigencia de ese lenguaje;
    Está claro que en la superación de la ecuación diferencial hay más sentido para el hombre de hoy y su meca_mí­stica nueva era de acuario;
    a colación:un Silesius es a un Arrabal lo que un sábina a un john cage en La Actualidad.
    Siempre pienso que lo del nonecentismo es problema del putifinismo granaino; será de los paseos absortos simbolistas por el condenado carmendelosmártires.
    Es importante para el ciudadano creador de hoy abandonar toda masturbación: negar la belleza y la alteración epatante de los demás(esdecir, la licencia poética).
    Granada es una ciudad antimoderna en cualquier sentido que esto quiera significar

  6. Para bendecir la llegada de la primevera, ayer di un paseo por el llano de la perdiz hasta llegar a la fuente del avellano. las flores amarilleaban el campo con cierto temor, y los insectos libaban el néctar d sus pétalos. la tarde invitaba a divagar, a fornicar en los bosques de debajo del generalife como animalillos en celo. después de buscar lel sendero de la sombra y el agua, me encontré en el paseo de la fuente del avellano. El ayuntamiento granadino ha colocado allí­ trozos de mármol con retales de textos en acero sugerentes para animar el alma del caminante. Uno de ellos me hizo recordarte, querido escroto. era de Thoreau. No recuerdo bien el texto, pero hablaba de lo pesado del viaje cuando el equipaje esa demaiado, de la carga de nuestro pasado y de nuestros dí­as. decí­a que aquel capaz de dejar a padre y madre, amigos y hermanos, casa y tierra… ese estaba preparado para empezar un largo viaje. ser libre es eso. tu pensamiento es libre, y tu vida resplandece ahora más que nunca. Lo de sabina es por dar por culo, ya sabes. un abrazo, desobediente.

  7. La visión diabólica del amigo Angelus es una licencia poética que me tomé para introducir el texto, pero creo que no desentona. Gracias por tu apreciación, meikmisic. saludos. Pronto estaremos hablando en la galaxia Gutenberg.

  8. walden en la fuente en el avellano…
    son las cosillas de la ciudad que siempre difamo, bien sabes que me gusta tu mierda a pesar de absorto nonecentismo polopeño y etc que malo soy…una tragedia griega.
    nomadismo: es lo que ataca la sociedad democrática, homo urbis vs homo cosmológico, el mismo condenado material de siempre.
    son posibles los arrebatos contemplativos en el metro o en el treintairés camino der violón?
    respuesta: si lo son: viaje es desprenderse.

  9. imagino que te refieres a mi, amorfo mandril de culo rojo, me gustarí­a saber que tipo de mierda lees. Y en este post no hablo de poesí­a, sino de poesí­a mí­stica… que abre almorranas en tu culo de mandril… púdrete.

  10. Patologí­a pura, están enfermos por eso se hablan así­. También íngelus Silesius estuvo enfermo. Habrá que buscar la salud, alimentarse mejor, descansar más, leer menos textos raros y ser más fraternos.

  11. No es tan mal articulo como lo presentan los comentaristas que lo han apreciado, que triste que todo lo que decimos, pensamos y escribimos, delata lo que nosotros somos, y me doy cuenta todo lo que somos… pero bueno, la vida es un ratico y por lo menos que se disfrute…

    JHMP

  12. Muy hermoso texto Dr J, aunque te permitas más de una licencia.

    Ahí­ va un hermoso poema del amigo Silesius que realmente calienta el corazón

    Yo mismo soy eternidad,
    cuando del tiempo me desligo,
    y a mi Yo en Dios, y a Dios en mí­
    unificar consigo

  13. Acá los únicos enfermos son ustedes, unos pelotudos todos……..

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