Syriana (2005)

cartel_SyrianaEl guionista de Traffic, ahora metido a director, pretende mostrarnos todas la tramas alrededor del petróleo, los gobiernos y las grandes corporaciones. No necesariamente fáciles de seguir en la vida real, imagí­nate condensadas en 2 horas. Con lo que debemos quedarnos con esbozos, protagonistas desde diferentes ángulos que entran y salen y juegan su pequeño papel. Como en otras grandes pelí­culas de temática polí­tica o social, a uno le queda cierta desazón ante el teatro en el que no somos nada más que peones etc etc… En escenas cortadas a cañón, con conversaciones pilladas a medias, asistimos a brillantí­simas reflexiones (más bien apuntes, por la brevedad) sobre la corrupción legalizada, o como los oligarcas árabes son «requeridos» cuando sube el paro en Alabama.

La pelí­cula consta de al menos 5 tramas que van desde el agente de la CIA Bob Barnes (grande Clooney) hasta el joven pakistaní­ que se ve arrastrado por los fundamentalistas. Nadie se puede decir que sean los buenos, no del todo malos, sino actores de una partida en la que el primer mundo canibaliza al segundo, al tercero, y la madre que los parió.

El estilo documental (aderezado con algunos dramas paterno-filiales más, digamos, clásicos) le va que ni pintado al tema, aporta deliberadamente realismo; así­ como las interpretaciones, donde destacan George Clooney y Alexander Siddig como el principe Nasir. Mención para Christopher Plummer, abogado?, asesor gubernamental?, inquietante.

Dos citas memorables, perdón por no traducirlas:

Prince Nasir Al-Subaai: What are they thinking, my brother and these American lawyers?
Bryan Woodman: What are they thinking? They’re thinking that it’s running out. It’s running out… and ninety percent of what’s left is in the Middle East. This is a fight to the death.

Danny Dalton: Some trust fund prosecutor, got off-message at Yale, thinks he’s gonna run this up the flagpole, make a name for himself, maybe get elected some two-bit, no-name congressman from nowhere, with the result that Russia or China can suddenly start having, at our expense, all the advantages we enjoy here. No, I tell you. No, sir. «But, Danny, these are sovereign nations.» Sovereign nations. What is a sovereign nation, but a collective of greed run by one individual? «But, Danny, they’re codified by the U.N. charter!» Legitimized gangsterism on a global basis that has no more validity than an agreement between the Crips and the Bloods! Corruption charges. Corruption? Corruption ain’t nothing more than government intrusion into market efficiencies in the form of regulation. That’s Milton Friedman. He got a goddamn Nobel Prize. We have laws against it precisely so we can get away with it. Corruption is our protection. Corruption is what keeps us safe and warm. Corruption is why you and I are prancing around here instead of fighting each other for scraps of meat out in the streets. Corruption is why we win.

Brutal ésta última. Buen cine, para pensar a la vez que se disfruta de una tensión que no decae. Ah! y Marbella, ya lo sabiamos oye.

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8 Comments

  1. De modo que el amigo Clooney de trayectoria, digamos, «irregular» (desde maduro-doctor-americano-hago-palmas-tu conejo, hasta el marveliano y ya cansino Batman, pasando por superguay caza-vampiros hermano de Quentin y ladrón de guante blanco super-cool), se nos convierte de la noche a la mañana en el mesí­as del «nuevo» cine yanqui; a ver quién se atreve a no respetarlo y a recordar sus desastrosos comienzos, cuando nadie tení­a cojones de contratarlo de la malo que era el mamón. En fin, «that´s America», como todos sabemos. Y es que no tengo nada en contra del bueno de Georgie, es más, disfruto como un enano con sus Ocean´s (ya está preparando el Ocean´s Thirteen, y hay rumores de que piensa hasta en construir y llevar su propio casino), así­ como de sus bandas sonoras (estupendas); no se trata aquí­ de ir de Gasset-Dubois y mandar a la mierda todo lo que no sea Tavernier, Bergman y demás. Pienso que para determinados estados de ánimo, situaciones y contextos se puede ver una determinada pelí­cula u otra: ¿Pasa algo por sentarse a ver «Le llamaban Trinidad» si realmente te lo pide el cuerpo? ¿Estás cometiendo pecado mortal irreversible si disfrutas con «Los Energéticos», de Pajares y Esteso?, pues NO, señores, y eso que, sin ser realizador, me considero un «estudioso» del Séptimo Arte, es decir, me preocupa el buscar (y encontrar, a veces con más, otras con menos éxito) las posibilidades que ofrece el lenguaje cinematográfico como expresión artí­stica, devorando montones de cintas, tragándome todos los programas (televisivos y radiofónicos) que mi escaso tiempo (ahora más escaso que nunca) me permite y leyendo sin parar sobre el tema. Aquí­ en el cine, pasa como con la música, hay gustos, sí­, pero también hay industria, marketing, publicidad, etc., y en el cine americano, que ellos mismos se consideran los padres del invento (por «la Gracia de Dios» será, como Franco) esto llega a lí­mites de parodia. Claro que hay gustos e industria, pero no hay que olvidar que estamos delante de un ARTE, señores, el arte de expresar cosas con imágenes y sonido. Punto. Todo lo demás, y me refiero concretamente al «star system» americano, que tan bien ha funcionado siempre y funciona, «me zua la poya vino tinto, aeh?». El propio Marlon Brando en declaraciones recogidas en su autobiografí­a degradaba la labor del actor cinematográfico a la categorí­a de mojón; en el cine, las ideas y la manera de expresarlas son lo primero y los actores lo último, y en cuanto a los Oscars de la «Academia»… bueno, mejor ni hablar. Otro dí­a.
    Bien, después de esta pequeña introducción, vamos al tema que nos ocupa, la peli en cuestión. Nunca me he fiado, como podréis presumir, de las pelí­culas que se anuncian con frases como «del ganador de un oscar…», «del director de…», porque normalmente suelen ser productos únicamente-destinados-para-su-venta, aprovechando el tirón de un éxito de crí­tica anterior. En este caso la cosa no va desencaminada. Sólo tenemos que sentarnos a ver «Traffic» (muy original y aclamada en su momento, en cuanto al estilo de montaje paralelo, con un único tema central vemos hasta dónde llegan sus consecuencias -y causas- en una variada gama de personajes de distinta clase social, raza, sexo, etc.) para darnos cuenta de que lo único que han hecho los responsables de esta «nueva» pelí­cula es volver a exprimir un poco más la cosa y dar de comer a la gallina de los huevos de oro. Y no sólo me refiero a la madre biológica («Traffic»), hay otras madres adoptivas (como «21 gramos» e incluso, ¡JODER COMO SE PUEDE TENER TANTA JETA! la ganadora del oscar a la mejor pelí­cula este año «Crash». ¿Qué ocurre entonces? ¿Por qué se nos presenta esta pelí­cula como se nos presenta? ¿Por qué la gente (personajillos que van de «intelectualoides cinematográficos» porque se tragan todas las semanas el «Dí­as de Cine» y sólo hasta los anuncios, eh?) que va a verla luego dice chorradas del estilo de «magní­fico George Clooney», «qué buena, la historia es magní­fica», «se trata un tema muy interesante», pues porque:

    a) Nos tragamos sin dudarlo dos veces todo lo que viene de la industria americana, sobre todo cuando se nos presenta como la hostia en verso.
    b) Nos creemos que George Clooney es un intelectual, sólo porque nos molan sus pelí­culas anteriores.
    c) El bueno de George hace otra pelí­cula en blanco y negro y que trata también sobre un tema social exclusivamente americano (fórmula que no falla nunca), además lo nominan al oscar por las dos. Lo consigue por Syriana. Hay algunos que hasta dicen «por fin, ya era hora de que consiguiera el merecido oscar»(?????????????????).
    d) Terminamos de verla y nos quedamos con el cuerpo nuevo, como diciendo, «joder que cacho de pelí­cula he visto», como si a partir de ahora perteneciéramos a algún club (?) cuando, en realidad, sabemos que en el fondo y tal y como está contada, tenemos que verla un par de veces más o tres para enterarnos bien, como ocurre en «Traffic» y en otras.
    e) Nos creemos que los americanos no son tan malos e incluso saben pensar porque hacen este tipo de pelis («Syriana», «Crash», «Brokeback Mountain», «Transamerica»).
    f) No distinguimos (y me incluyo) una peli buena de una no tan buena y pretenciosa ni a hostias.

    Para concluir y en honor a la verdad, he de decir que la pelí­cula me gustó, y en algunos momentos bastante. Solo que no aporta nada.
    Para el que la haya visto (y para el que no también) le recomiendo el siguiente documental http://www.whywefightmovie.com (algunos dirán «ah, el que echaron el otro dí­a en «la noche temática», te crees que somos gilipollas?», NO, no me creo nada, y de nada servirá decir que yo ya lo conocí­a antes de que lo emitieran, claro, sólo lo pongo ahí­ por si alguien no lo conoce. Yastá.)

    P.D.- Cosmo, te estoy preparando una filmoteca que te cagas.

  2. Soy «el cobarde anónimo» de antes. Debido a que es la primera vez que escribo en «bruto» se me ha pasado identificarme. Mil perdones.

  3. ah, el que hecharon el otro dia en «la noche temática», te crees que somos g…. 😉 Bueno, denso y revelador.

    Bienvenido Vino Mariani, se agradece tu aclaración de intenciones. Y ahora, estoy de acuerdo con matices. Syriana pertenece a una estirpe de pelí­culas combativas que el cine independiente americano nos regala de vez en cuando. Poner bajo sospecha el material que nos llega en base a su nacionalidad no es justo en general, y mucho menos en particular con lo que nos brinda la industria americana.

    Antes que los «energéticos», «yo hice a Roque III». Y «Trinidad» ha aportado a la historia la ingesta de fabada mas rápida de la idem, y el baño más necesario (cuando se vuelve a poner los gallumbos con siete kg de mierda jajaja!)

  4. Bienhallado. No puedo estar más de acuerdo contigo, querido Muza. El problema es que a lo mejor no me he expresado bien, a lo mejor es que no he dicho todo lo que querí­a decir por temor a acaparar demasiado en mi primera incursión en «bruto».
    Todo este tema no es un caso aislado de la industria americana. Podrí­amos hablar largo y tendido durante horas sobre un montón de aspectos que se relacionan entre sí­ dentro del asunto en cuestión, como es el caso por ejemplo del cine español. Puedo presumir de visionar todos los estrenos que van apareciendo en la cartelera española (excepto algunos tí­tulos como «Plauto» -sí­, sí­, la del Coto Matamoros- y otras por el estilo, las cuales no me preocupo ni por saber de qué van) e intento seguir con más o menos fidelidad las pelí­culas que se presentan a los festivales de San Sebastián, Berlí­n, Cannes, etc. Algunas son bastante interesantes pero hay otras que caen en la pretenciosidad (muchas veces malintencionadamente, otras no) y se nos presentan con mensajes tipo «del protagonista de…», «del tres veces candidato a…», etc., quedando en un mero intento de ser lo que finalmente no llegan a ser (las ganas que tení­a de ver «Cargo» para luego encontrarme con lo que me encontré, ¿y todo por qué? pues por: que si Luis Tosar, que si Daniel Brühl -estupenda «Goodbye Lenin»-, que si Peter Mullan -magní­ficas «Session 9» y «Las hermanas de la Magdalena», que si «un tema profundo» (?), «cine alternativo», «original historia», y demás blablablás radiotresianos). ¿Y qué pasa entonces? pues que picamos como putos borregos que somos, hasta que algunos como yo (que no somos pocos, y entre los que seguro que te encuentras, querido Muza), reaccionamos y alzamos la voz: «vete a tomarle el pelo a tu put…»
    He visto cortos de 2 minutos de duración con una carga expresiva y una belleza que ya quisieran todas las «Cargo», «Obaba»,… y las madres que las parieron.
    Y esto ocurre aquí­, en el Cine, como ocurre en la Música y en todas las artes que, por estar al alcance de todo el mundo (todos tenemos ví­deo y dvd, y televisor donde se nos anuncian las «superpelí­culas», y radio y equipos de música,… mira por donde que no tenemos en casa, ahí­, al lao del cuarto de baño, una habitación de sobra en la que hemos montado un teatro con esclavos-actores a los que echamos de comer y sacamos a pasear; o una sala, ahí­, al lao de la cocina, donde exponemos lienzos de Kandinsky para que los vean la familia y los colegas, vaya por Dios), gozan de una amplia difusión y, en consecuencia, de corrupción.
    En resumen, y a lo que voy, es que esto es una realidad general que se da cada vez más en la industria de los distintos paí­ses, pero ¿por qué? ¿quién lo ha inventado? ¿De quién lo hemos copiado?, pues no sé…dame una pista… Citando a Luis Buñuel cuando le preguntaron acerca de su candidatura al Oscar en 1970 por «Tristana», «Nada me disgustarí­a más, moralmente, que recibir un Oscar», dijo el de Calanda. Y aunque sí­ lo gano dos años más tarde por «El discreto encanto de la burguesí­a», el del ojo a la virulé seguí­a dando guerra: «Una nación dominante puede imponer su cultura y dar fama mundial a un escritor de segunda como Hemingway» aseguró. Cazi ná, aeh?
    Una vez aclarada mi (creo que razonable) postura, solo quiero decir un par de cosas:
    1- Llamar «cine independiente americano» (no me refiero a ti, querido Muza, sino a la manera que tiene la malsana y cultural-corrupta industria americana de manipularnos e imponerse por cojones en todos los rincones de este nuestro mundo) a una producción de la Warner Bros, con distribución mundial, con actores de primera fila con cachés que rozan el absurdo, con localizaciones de rodaje en (podrí­amos decir) medio mundo: Los íngeles, Nueva York, Londres, El Cairo, Bahréin, Dubái, Kuwait y Damasco; con un presupuesto de 50 millones de dólares, y que además copia a otras pelí­culas anteriores, pues no sé…como que no, ¿no?
    Hasta Woody Allen (¿hay alguien más independiente en yanquilandia que ése?) se copia a sí­ mismo en «Matchpoint» (ojo, pelí­cula realmente magní­fica, en la que te sientes un cabronazo al verla por no tener más remedio que simpatizar con el mamón del protagonista, pocos tí­tulos le hacen a uno sentir y reflexionar con tal intensidad), léase «Delitos y Faltas» (1989).
    2- La mí­tica secuencia de los gallumbos de «Trinidad» me ha hecho acordarme de la mejor pelí­cula que he visto esta temporada y la cito para los que (nuevamente) no la hayan visto y, los que sí­, a ver si están de acuerdo conmigo. Se trata de «Moonlight» una coproducción (Holanda, Reino Unido, Luxemburgo) de una gran belleza expresiva y, a la vez, enmarcada en situaciones (y con algunos personajes) verdaderamente crueles y desagradables, contada siguiendo el realismo tan de moda en estos últimos años (sobretodo en el cine británico).

  5. Perdón por dar tanto el coñazo, pero es que me han llegado rumores de que habéis perdido el interés por este maravilloso microcosmos al que bautizasteis como «bruto». Vaya, justo cuando acababa de cogerle el gustillo. Espero que (en caso de ser cierto) retoméis el interés inicial, ya que es una maravillosa ví­a de escape y desahogo en mis noches de calienta-biberones. Sé que hay por ahí­ viejos conocidos mí­os, granaí­nos de pura cepa entrados en la treintena, como el que suscribe, y serí­a una auténtica pena abandonar este precioso punto de encuentro.

  6. Rumores infundados. Más o menos prolí­ficos, los autores de BRUTO nunca han dejado el chiringuito.

    Por otra parte, releyendo tus comentarios, encuentro más puntos en los que no estoy de acuerdo. Reivindico al Clooney, que tiene madera de actor grande, y carisma para afrontar una carrera más que interesante si se lo propone. Sobre la etiqueta comercial «de 3 de los 6 productores de…» en el caso que nos atañe, «Syriana», es pertinente a todas luces. Este chaval que escribió aquella y que ha realizado brillantemente ésta última merecia la mención. Evidentemente que de las 1000 pelis anuales de la industria de Holliwood el 95% es mierda y propaganda, pero es incuestionable su capacidad de producir buen cine. Ya sea allí­ o en sus periferias. El porcentaje aquí­ en España es bastante más triste.
    Ya seguiremos

  7. Vamos estando de acuerdo, querido Muza. No obstante seguiremos con lupa todo lo que vaya haciendo a partir de ahora el bueno de Georgie para ver si es digno (nada me satisfarí­a más, no me malinterpretes) de todo el bombo mediático que se le está dando. Al tiempo.
    P´alante con BRUTO!

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