Séptima Arrevolaina | Baby Metano Meets Hermes

El arrevolainismo extrapolativo se reúne para una gira de regreso. Soy joven y necesito la patagnosia. Ante todo, disculpad mi mal envejecer. El objeto de esta sección es la demolición reiterada de las barreras conceptuales entre objeto-sujeto, intelecto-fornicio, esnobismo-asociacionismo, ciencia-religión, trabajo-ocio, vida-vida. El método de trabajo elegido es el Arrevolainismo Extrapolativo; el resultado con buena aplicación será la suspensión del participante en la nada y la incertidumbre iluminativa.

baby metano

-Variables: Escuela Astrofí­sica Politoxicómana Judia CNRS, Hermes Trismegisto, Tránsito Digestivo Neonatal Acelerado, Roger Waters.

-Excurso: sin rodeos: un padre de familia con flotador infraumbilical, hipoteca, crí­a de homo sapiens, y colección de shittycooljazzcifuencista debe alicatar su fanatismo noético en patena de neo-ciencia; en ello circunda mi vitriolo hoy; ya sabéis: demagogo y maricón, así­ soy yo; de nuevo, sin rodeos: qué mejor manera de ser padre que dilucidar que el pneuma primordial de la vida que ves nacer y posarse en el pecho de tu mujer ridiculiza la escuela neoplatónica alejandrina; tu lo has dicho: no hay una maldita mejor manera; ante vuestra impaciencia, desarrollo lo expuesto; me declaro hoy descubridor arrevolainico del total paralelismo del muro de Planck, tiempo cero y magma primordial astrofí­sico, con el tercer tratado del CorpusHermeticum, que con sincrética rapiñerí­a, fistulando el ano de la SGAE, toma prestado Hermes (no- hermes?) del mito egipcio del Gran Lodazal Metacósmico Primordial de Nun; un astrofí­sico entripado como el judí­o franc-masón milenarista y, además, fan de Moby Grape, Hubert Reeves (que básicamente nos pone el cuerpo malo contando las bombas atómicas que hay por ahí­ enterradas en «la hora de embriagarse» -cómo son estos judí­os, después de inventarla) nos hablarí­a de la gran sopa previa a la agregación de información, el enfriamiento del universo necesario para la diversificación atómico-particular, y el crecimiento de la entropí­a ; Poimandres prefiere hablarnos de un universo en caos y confusión que es iluminado por las 7 esferas potencio-planetarias gnósticas (compra un catalejo Toy a tu hija, mejor que los librillos de Jung). La adaptación a la deglución de leche materna es un verdadero problema de defecación múltiple anósmica en neonatos, con consumo de pañal pertinente; te preguntas cómo diantre puede mi hija ridiculizar a un neoplatónico con una pedorreta (ahora que Siruela publica hasta a Macrobio); dos opciones extrapolativas he de aquí­ subrayar:

    a.- Un follo neonatal (con contenido semisólido) es una preciosa alegorí­a de la excreción de un magma primordial del que todos formamos parte. Con otras palabras: un explí­cito estigma de la Hez Primigenia.

    b.- (esta es mejor, o, sobre todo, Real) Contemplando como tu hija abre los ojos a este cosmos tras un pequeño gemido y la primera inspiración, ¿cómo, por Zulicatán, una tradición dualista platonizante ha mandado a dios a las esferas cuando está tan Presente en la Materia de un pequeño cuerpo de un primate precioso en una madrugada de lunes de septiembre? ¿cómo? ¿cómo, repito?; especulando mucho y mirando poco.

Usted, discúlpeme, el del fondo, parece no haber entendido nada, por su expresión estrábica. Tenga la bondad de releer este texto con “music from the boby†, la obertura de pedorretas de Roger Waters en 1971 con Ron Geesin (es decir, lo único plúmbico que ha hecho este hombre, porque tu sabes Talibán que…)

-Conclusión: hija mí­a, sigue guapa, haz un modulo de FP (mejor de astronomí­a para tripitidores de secundaria), y haz caso a tu madre (sobre todo esto último).