La Habitación Masturbatoria | Toma Primera

reloj

¿Alguno de ustedes, cariñosos y simpáticos brutos del amor percibe realmente el tiempo? La sorprendente verdad es que, así­ como los ojos perciben la luz, no existe ningún órgano que perciba el tiempo. En rigor, no hay “intuición pura del tiempo† como tampoco la hay del espacio desde que Riemann y otros propusieron las geometrí­as no euclidianas. Hay lenguaje y formalismos, no intuición. Por otra parte, en las ecuaciones fundamentales de la fí­sica cuántica no hay tiempo. Para un meditador “zen†, no hay tiempo. Para alguien plenamente absorbido en un trabajo que le guste, no hay tiempo. Según se mire, el tiempo es el indice de algún tipo de desajuste. Desajuste primordial: la no coincidencia de uno consigo mismo.

Muchos pueblos primitivos saben esto. En la lengua de los indios hopi, por ejemplo no contiene palabras para referirse al tiempo lineal; sus verbos no tienen “tiempos† esta gente vive en una especie de presente continuado que abarca todo cuanto haya sucedido alguna vez. En contraste con ello, cualquiera de nosotros, insignificantes criaturitas, estamos obsesionados con el paso del tiempo.

Quizá y solo quizá el tiempo sea solo una emergencia macroscópica, porque aquí­ lo que interesa es la posibilidad de vivir el presente. El tiempo del “sentido común† es solo tiempo de newton un mero y simple parámetro matemático. El tiempo no transcurre y el presente no se mueve. Pues el presente se define por sí­ mismo.

Ah! Y no olviden que en caso de mareo, pueden pedir una “bolsa† al conductor, quien sabe, estas cosas le hacen perder a algunos la verticalidad o en su defecto el “tiempo†

Aquí­ termina la paja.

Espero que haya sido de vuestro agrado.

Lecturas »

    [Stephen W. Hawking «Historia del Tiempo»]
    [Stephen W. Hawking «El Universo es una Cascara de Nuez»]

Imagen original en morguefile.com

Dave Holland Quintet | Extended Play-Live at Birdland (2002)

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Siempre me ha cautivado y suscitado mucho la atención la figura del bajista, tanto en el rock como en el jazz, aunque es en éste último donde más lo valoro. Ya apareció por aquí­ la figura irreverente de Mr. Mingus, uno de los más grandes (literalmente). Aquí­ tenemos a otro gigante (literalmente bis) del bajo y del jazz, no sólo intérprete sino también genial compositor y lí­der de múltiples formaciones legendarias.

Curiosamente su salto a la fama fue en una banda plagada de consagrados: aquella irrepetible que cambió los esquemas en ésto del jazz, la de Miles Davis en el bienio glorioso 1968-69… aunque realmente fue en el semestre sept’68-feb’69 donde se fraguó el milagro (y vio la luz parcialmente en los discos «Filles de Kilimanjaro» y «In a silent way»…), constatándose la calidad de todos esos músicos (de hecho, los considero dos discos «indispensables»).

La siguiente etapa de Holland fue su época más fructí­fera y reconocida, aunque yo no la comparto, conquistado por la vanguardia setentera: discos como «Conference of the birds» están considerados como de los mejores de la historia del jazz… que me lo expliquen.

Y paulatinamente llegamos al siglo XXI encontrando a un Dave Holland frisando los 60, pero lleno de ideas y rodeado nuevamente de una buena banda. Y decide grabar uno de sus repertorios y editarlo en disco. Y se decide por el aclamado «Birdland» (escenario de conciertos legendarios como aquél de Art Blakey en el ’54 o el de John Coltrane en el ’63). Y lo que allí­ derrocharon lo podemos disfrutar en formato doble-CD, más de dos horas y cuarto de inspirada música…

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Sencillamente espectacular: un equilibrio perfecto entre la composición y la improvisación, tocando/disfrutando una jam detrás de otra, con una media por tema superior a los 15 minutos (inútil destacar uno, aunque sobresalen Jugglers parade, Prime directive y Bedouin trail), con momentos para cada uno del grupo, siempre controlados/guiados/apadrinados por la gigantesca figura de Dave Holland: Robin Eubanks al trombón, Chris Potter (saxos), Billy Kilson (baterí­a) y Steve Nelson (vibráfono, marimba) nos dejan un concierto para la historia. Posiblemente lleve más de una, dos o tres escuchas para su asimilación/valoración, quizás no sea conveniente escucharlo «de seguido», pero en cuanto te coge no te suelta.

PD: el disco que han sacado en 2006, «Critical Mass«, también muy recomendado aunque algo más flojo (inexcusablemente, obviamente…), lo hemos podido disfrutar en el Festival de Jazz de Granada… y de qué manera.