Factótum (2005)

Escrito Originalmente por Vino Mariani

factotum

A sugerencia de nuestro querido Cosmo, Mariani se estrena en bruto con este tí­tulo que me ha sorprendido recientemente en la cartelera. Junto con El asesinato de Richard Nixon, de Sean Penn (2004, pero estrenada recientemente), es de lo mejor que he visto este año.

La pelí­cula, dirigida por Bent Hamer, es una coproducción Noruega-Estados Unidos y cuenta escenas de la vida cotidiana de Henry Hank Chinaski. No sigue un argumento explí­cito, es más un muestrario de la manera de vivir y las reflexiones de este personaje. No obstante sigue un ritmo agradable e inteligente para no caer en el tedio, aunque puede ser que los que no conozcan las raí­ces en que se fundamenta se les quede un sabor de boca un poco más pobre que los que sí­ estén al tanto.

factotumChinaski es escritor. Escribe relatos y poemas y los enví­a a publicaciones literarias que siempre los rechazan. Pero eso a él le trae sin cuidado. Escribe por la necesidad vital que le supone tal actividad creativa, porque, si no lo hace, no se siente vivo. Todo ello se engloba en una filosofí­a existencial en la cuál lo más importante es la satisfacción inmediata, fí­sica y espiritual, lo que se traduce en cambiar de trabajo constantemente, provocando que lo despidan cada dos por tres (sólo quiere el trabajo para pagarse una pensión, la bebida, los folios y los bolí­grafos), el sexo, apostar a las carreras y, sobre todo, beber. Busca mujeres que, en cierto sentido, compartan este tipo de filosofí­a con él, “almas gemelas† con las que fundirse existencial y sexualmente, y las encuentra. Todo ello da como resultado una pelí­cula a veces divertida, otras veces destructiva pero, en mi opinión, cargada de una poesí­a implí­cita en cuanto a la búsqueda y afirmación de uno mismo.

Hank es el alter-ego de Charles Bukowski (1920-1994), considerado por algunos como el último escritor “maldito† de la literatura norteamericana, y confundido a veces con la generación beat (en la cuál, Mr. Bukowski se cagaba en pleno). Ha sido comparado con Henry Miller, Céline y Hemingway, entre otros autores, y ha inspirado numerosas pelí­culas, como Barfly de Barbet Schroeder y Ordinaria Locura de Marco Ferreri. En la editorial Anagrama podéis encontrar sus novelas y compilaciones de relatos más significativos, de entre su prolí­fica obra.

Volviendo a la pelí­cula, he de decir que tanto la fotografí­a como los ambientes y localizaciones están muy cuidados, en el sentido de que identifican de una forma muy lograda (o al menos eso es lo que yo sentí­ al verla) los colores, ideas, y sensaciones que quiere transmitir y, aunque la novela es de 1975, no se hace necesario recurrir a la estética 70´s –la localización temporal parece más cercana a nuestros dí­as-, ya que su razón de ser hace que sea atemporal en cierta manera, pudiendo situarse perfectamente en cualquier perí­odo del siglo XX y XXI . A destacar un más que aceptable Matt Dillon en el papel de Chinaski (desde The Outsiders y Rumble Fish, las dos de Francis Ford Coppola, este chico –ya no tan chico- no habí­a hecho muchas cosas decentes, en mi opinión), he de confesar que antes de verla estaba un poco con la mosca detrás de la oreja, una adaptación de una novela de Bukowski y encima con Matt Dillon como protagonista… Los demás intérpretes también se acoplan de miedo en el film, -incluso los que tienen pequeños papeles, estupenda la secuencia en la que Hank va a visitar a sus padres sólo para poder comer ese dí­a- salvando la quizá un poco sobreactuada participación de Marisa Tomei en el papel de Laura.

BukowskiY es que aquí­ me ha pasado como con otras muchas cosas últimamente. Bukowski marcó gran parte de mi adolescencia tardí­a. Me he puesto a buscar y me he encontrado nada menos que con seis libros (incluyendo Factótum) que ya ni me acordaba de que estaban ahí­. La cuestión es que en ese momento me serví­an para dar salida a cosas, sentimientos y sensaciones, propios de una mente adolescente que sale de marcha los sábados a coger un cacho ciego y flipa mirando Trainspotting: eso es, mirándola pero no viéndola. Este caso es similar, ahora, las manos de bourbon, los cuatro polvos diarios obligados a su novia, las apuestas sin escrúpulos, el rechazo al sueño americano pasando de un trabajo a otro aguantando el tiempo suficiente como para poder cobrar después el paro, y el pasarse horas escribiendo relatos inspirados en todo esto, se ven de otra manera, más como una actitud, una manera de vivir sin pretensión de ser más punki y pasota que nadie, sino porque él es así­ de verdad, ¿para qué dejarse engañar adoptando otro rol? Su vida se resume en una pasión artí­stico-creativa (los que de alguna manera tenemos esa pasión lo podemos entender hasta cierto punto), sólo que de una forma radical como pocas veces se ha visto. He conocido a muchos Hank, y a veces me he sentido igual, queriendo ser y vivir así­… Quizás por eso le tengo simpatí­a, por tener ese valor… Claro que no sé quién tiene más valor, si el que actúa como Hank o el que se levanta todos los dí­as a trabajar sus ocho (o más) horas diarias para que su familia tenga una estabilidad y un futuro. Supongo que cada cuál a su manera tiene las mismas miras: vivir, unos a través de (o para) ellos mismos y otros a través de los demás, de sus seres queridos y amigos. El debate queda abierto.

Si vas a intentarlo, ve hasta el final. De lo contrario no empieces siquiera. Tal vez suponga perder novias, esposas, familia, trabajo, y quizá la cabeza. Tal vez suponga no comer durante tres o cuatro dí­as. Tal vez suponga helarte en el banco de un parque. Tal vez suponga la cárcel. Tal vez suponga humillación. Tal vez suponga desdén, aislamiento… El aislamiento es el premio, todo lo demás es para poner a prueba tu resistencia, tus auténticas ganas de hacerlo. Y lo harás, a pesar del rechazo y de las í­nfimas probabilidades. Y será mejor que cualquier cosa que pudieras imaginar. Si vas a intentarlo, ve hasta el final. No existe una sensación igual. Estarás solo con los dioses, y las noches arderán en llamas. Llevarás las riendas de la vida hasta la risa perfecta. Es por lo único que vale la pena luchar.†

En fin: «está usted despedido, Sr. Chinaski.»

Enlaces relacionados »

    [Página oficial en español]
    [Charles Bukowski | Wikipedia]
    [Factotum | IMDb]
     

Avant Garde en un sobre de Endesa

Sefronia *Music Club *Granada* 8 de Junio de 2006

Habiendo hecho unos ‘previos’ en ‘el Braserito’ y teniendo el cuerpo bien relleno de patatas fritas, huevos y jamón, asistí­ el pasado 8 de Junio al espectáculo ofrecido por Sefronia en el Music Club junto con mi compadre Chema, guitarrista a la sazón de Martí­n.

Y fue que los carbohidratos se volvieron rocas como cálculos. Y también sé decir que sufrimos un atropello de sensaciones, molesto e incómodo, a partes iguales, y no me callaré que el meco que recibimos en plena cara mi compae y yo fue atronador. El motivo es bien sencillo: no es corriente ver a dos enajenados libres haciendo la música que les da la gana real. Avalancha sin sujeciones de ningún tipo y dominación de los materiales.

Nuestras mentes popprecarias chispaban solas.

Pues bien, las intermediaciones puestas a nuestros ojos y oí­dos por A. L. Guillén y Angelina Olea puedo declararlas, sin empacho alguno, como ordenados aparentes caos, donde conviven catorce, quince o veinte demonios en cada tema, que van repartiéndose trozos de carne a bocados desgarradores.

Por otro lado, un uso conveniente del theremin agitó a la concurrencia convirtiendo el extracto seco primitivo del lúpulo en vinagre dentro de sus cuerpecillos (que no sus lenguas), muy destacable la ejecución de éste instrumento. Especial mención debemos hacer de una bellí­sima Angelina Olea, cuyas estimables cualidades sobrepasan en mucho (y aquí­ me retracto de lo dicho en su dí­a) a Cristina Lliso. Sus registros son amplios y dulces, matizados y de gran sensibilidad, una voz francamente preciosa. Amén diré que con posterioridad al concierto estuvimos ‘departiendo amablemente’ con Angelina, y nos pareció una persona en estado de gracia y también de ingravidez.

Meritoria ejecución también de A. L. Guillén, en la que destacaremos los imposibles acordes que desarrolló en guitarra, y que intentaré éste fin de semana imitar.

Hasta aquí­ las loas.

Puntos negros (que los hubo) y crí­ticas implacables, las siguientes: no hubo mesa para voces (mal, mal, pero que muy mal) y la sonorización de Angelina se hizo a través del equipo del local, resultando escasa y plana (paliza al dueño inmediata).

A destacar la ‘ostya pansequito’ que estuvo a punto de recibir un necio empleado del Music Club, por unas acullá torpezas técnicas.

Y con esto que viene termino y me callaré: un público irrespetuoso que no se sabe bien a qué cojones habí­a ido (a charlar sin mesura seguramente). Patético, aunque de moderno astracán.

Por lo demás, concierto diferente y devastador. Demoliciones y movimientos de tierras. Es un buen camino, aunque tenga muchos loscos.

El 21 de Julio más, y en un buen sitio: El Organ Jazz de Cenes.