Michael Wolf and the Architecture of Density: he llegado a esta fotos a través de Magic Urbanism y solo puedo decir que las fotografías de los apartamentos-nicho de Hong Kong son IMPRESIONANTES. En el citado blog hay otras series de fotos nada desdeñables.
Category / Fotografía
Las Caras del Fútbol
«Las Caras del Fútbol» (pinchar en Portfolio): Fotografías de las estrellas de mundial, entre otras, hechas por Mathias Braschler y Monika Fischer.
La que se lió
The Unilever Series: Rachel Whiteread | Embankment
La Galeria Tate Modern presenta en su Turbine Hall el trabajo de Rachel Whiteread titulado EMBANKMENT. Del 11 de oct 05 al 2 de abril 06.
Miles de cajas blancas que parecen bloques de hielo apilados, crean enormes montañas a traves de las cuales el público deambula libremente. La sensación es la de entrar en un mundo congelado. Estático. Las cajas-hielo guardan cosas dejándolas fuera del alcance de la gente.
Según las notas de la propia autora :
STORAGE,CONTAINER,BOX,
CARGO,ARK,PILE,CRATE
SPACE,VOLUME,HEIGHT,
WIDTH,DEPTH,PILE,
MASS,LOST,MEANDERING,
BELONGINGS,RUBBISH,
HEIRLOOMS,ARCHIVE,
FILL,OVERWHELM,
STACK,REPEAT,BUILD,
SPREAD,FREIGHT,BOXES,
HEAP,PROPERTY,STUFF.
Class Warfare (Lucha de clases) | Noam Chomsky y David Barsamian (1996)
Arriba el telón.
Actores:
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Barsamian, David. Periodista espabilado. Hace su trabajo.
Chomsky, Noam. profesor de lingüística del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT).
Casandra, vidente. Ejerce en Troya. Nadie cree nunca sus vaticinios.
Michel Chossudovsky. Economista canadiense. Profesor de Economía en la Universidad de Ottawa.
Chomsky y Barsamian están conversando en el despacho del primero. Llevan varios años teniendo encuentros parecidos. No tardan en establecer un coloquio donde analizan el modelo económico y político surgido a principios de los 70. “La globalización†. Casandra, la adivina, deambula removiendo las cosas sin que los otros dos parezcan darse cuenta de su presencia. El lugar está muy ordenado porque lo acaban de pintar aunque los montones de libros y papeles empiezan a proliferar. Chossudovsky, por su parte, está leyendo sus cosas de economía, recostado en un sofá. Se levanta, pasea. Se vuelve a sentar. No hace caso de los otros tres.
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Habla Casandra: Pues si…, bienvenidos al mundo real. Si pensaban que vivimos en el mejor de los estados. ¡No!… ¡Se equivocan! Se parece más a la caverna de Saramago…, pero sin concesiones a la nostalgia, eh!!! ¿no me creen? Nunca me creen…
Los dos hombres del principio parecen enfrascados en la charla y levantan la voz ligeramente.
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Habla David: “¿Has dicho que el sistema económico es una catástrofe grotesca. ¿Qué tipo de sistema propondrías?†
Habla Noam: “Este sería tema para otra discusión. Yo propondría un sistema democrático. Hace tiempo que se comprende (esto no tiene nada que ver con la izquierda per se; es propio de los movimientos trabajadores norteamericanos y de los pensadores sociales independientes) que la democracia no existe a menos que la población tenga el control de las decisiones más importantes. Y las decisiones más importantes, como hace ya tiempo se sabe, son, fundamentalmente, las decisiones acerca de la inversión: ¿Qué se hace con el dinero?, ¿Qué sucede en el país? ¿Qué se produce? ¿Cómo se produce? ¿Cómo son las condiciones de trabajo? ¿A dónde va la producción? ¿Cómo se distribuye? ¿Dónde se vende?.
Toda esa serie de decisiones no representa nada en el mundo, pero al menos que todas ellas se encuentren bajo control democrático, te encuentras con una u otra forma de tiranía. Esto es tan viejo como el mundo y tan norteamericano como la tarta de manzana. No tienes que irte al marxismo. Procede directamente de la tradición norteamericana.
El motivo es de sentido común. Este será el centro de todo y significa desmantelar por completo todos los sistemas totalitarios. Las empresas son, simplemente, tan totalitarias como el bolchevismo o el fascismo. Poseen las mismas raíces intelectuales de principios del siglo XX. Por ello, al igual que otras formas de totalitarismo tuvieron que desaparecer, igual tiene que ocurrir con las tiranías privadas. Tienen que ser puestas bajo control público.
Después hay que analizar las modalidades de control público. ¿Deberían ser consejos de trabajadores u organizaciones de comunidades o algún tipo de integración de ambas? ¿Qué tipo de estructura federal debería haber? En este punto empiezas a pensar sobre lo libre y democrática que parecería y funcionaría la sociedad. Vale la pena pensarlo. Pero aún nos queda muy lejos. Lo primero que hay que hacer para introducir cualquier tipo de cambio es reconocer las formas de opresión vigentes. Si los esclavos no reconocen que la esclavitud es una forma de opresión, no tiene mucho sentido preguntarles por qué no viven en una sociedad libre. Creen que así es. No es una broma.
Tomemos el caso de las mujeres. Mayoritariamente, y durante mucho tiempo, podrían haberse percatado de la opresión, pero no la veían como tal. La veían como parte de la vida. El hecho de que no se vea como una opresión no significa que, hasta cierto punto, no se sepa. Se sabe hasta cierto punto. La manera en la que se percibe puede adoptar formas muy perjudiciales para uno mismo y para cualquier otro. Esto es cierto de todo sistema de opresión, sin embargo, a menos que se perciba, se identifique, se comprenda que no se trata del espíritu del mercado y de un misterio, sino de algo completamente comprensible y no de espíritus o algo parecido, fácilmente controlable… bien, a menos que todo esto se entienda, no puede llevarse a cabo el paso siguiente, que es lo que tu has planteado. ¿cómo podemos cambiar el sistema?
Creo que es posible deducir la manera de cambiar el sistema leyendo la prensa independiente de la clase trabajadora de 150 años atrás de las que ya habíamos hablado. Eran trabajadoras comunes, artesanos, las “chicas de la fábrica† de las granjas de Nueva Inglaterra, etc., sabían cómo cambiar el sistema. Y tu también. Se oponían duramente a lo que llamaban “el nuevo espíritu de la era: ganar riqueza, olvidarse de todo excepto de uno mismo†. Querían conservar la cultura que ya tenían, la solidaridad, la compasión, el control. No querían ser esclavos. […] Todo esto son percepciones perfectamente razonables, perfectamente correctas. Puedes convertirlas en vías sobre las que pueda funcionar una sociedad mucho más libre†
Los hombres vuelven a bajar el tono de voz. Casandra los mira, se retuerce las manos. Desesperada, lanza su augurio.
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Habla Casandra: Estoy harta de vuestra palabrería ¡Los ciudadanos están sometidos a la disciplina del mercado! Lucharán en la jungla de la supervivencia mientras que el Estado ejerce su poder actuando masivamente en la economía…, subvencionando, protegiendo a los más ricos, dejando que estos creen enormes concentraciones de poder privado que controlarán finalmente el destino del individuo.†
Una lluvia de papeles. Casandra salta como loca molestando a Chossudovsky, que sigue en el sofá con sus cosas. Se levanta y toma la palabra, como hablando en voz alta, sin dirigirse a nadie en particular.
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Habla Chossudovsky: “Desde hace diez años, se ha producido una concentración masiva del poder financiero. El «especulador institucional» ha surgido como poderoso actor, capaz de imponerse sobre los intereses de tipo más tradicional, ligados, por ejemplo, a una actividad productiva. Gracias a diversos instrumentos, estos especuladores institucionales pueden apropiarse de una parte de la riqueza generada por los productores de bienes y servicios. […] Desvinculados de la economía real, pueden, sin embargo, precipitar la quiebra de grandes empresas industriales.†
Abajo el telón.
Para todos los públicos.
Enlaces relacionados »
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[Wikipedia | sobre Chomsky]
[rebelion.org | crítica a Chomsky]
[Rebelion.org | textos Chomsky]
[Wikipedia | sobre Chossudovsky]
Fotos Robert Frank »
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“The Congressional† 1955
“London† 1951-1952
“London detail† 1951- 1952