Programas de Televisión y Pelí­culas en Internet

TV Links: otra página inglesa para ver series, programas de televisión, pelí­culas, dibujos animados, deportes y ví­deos musicales directamente en Internet. De los sitios de este tipo que hemos visto en bruto (ver los enlaces relacionados) es de los más completos, ¡está prácticamente todo!

Y sí­, estos ví­deos se pueden descargar: directamente desde alguna página o con una de las extensiones para Firefox hechas con este propósito, por ejemplo. [Metafilter]

300 (2006)

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Se estrenó el pasado viernes «300», adaptación del estupendo cómic homónimo de Frank Miller. Hoy y tras sortear las hordas en el centro comercial nos hemos dispuesto a verla con buen ánimo y cierta predisposición al disfrute. Para tales efectos, era condición preliminar obviar cualquier lectura actual interesada, en especial sobre la nada ambigua posición ideológica del autor. Un episodio de esta enjundia histórica hay que tomarlo así­, en el territorio de los héroes y leyendas, más allá de la presunta incorrección polí­tica del asunto.
Se narra aquí­ la batalla de las Termópilas, 480 A.C. donde un puñado de espartanos con el factor campo a favor y una sobresaliente táctica, contuvieron lo suficiente al poderoso ejército persa. Parece ser que ni estos últimos eran millones (se intuye que fueran unos 300.000, lo que no es poco, que digamos), ni eran un desastre militarmente sino a la par de los griegos en esas lides.

Lo que en el cómic es épico, tenebroso, o inquietante al menos, aquí­ se les ha ido la mano con la fórmula «Hollywood» de joder una buena idea. Un buen ejemplo es en la excesiva caricaturización de los personajes, en especial los «malos», la manipulación de las ideas, y la inclusión de material de puro relleno para completar allí­ donde la obra original deja a la imaginación. Digamos que lo mejor de la pelí­cula es lo que calca del cómic al milí­metro, consiguiendo escenas de una plasticidad sobresaliente haciendo honor al brillante trabajo de Miller. Lo mismo ocurre con los personajes cuando son tratados con fidelidad, así­ pues Leónidas está muy bien interpretado y también el resto de musculados seguidores, aunque planos, sus relaciones en la batalla y sus motivaciones están bien conseguidas. Sobran las tí­picas lineas «Die Hard» en medio de los combates, como si andara Bruce Willis por allí­ mismo. Eso es otro handicap, tanto en roles como en diálogos, no hablaban hace 2.500 años como pretenden en la industria ésta palomitera y sus estudios. En la misma linea entra la inclusión de un personaje femenino inexistente en el original como es el de la reina, vací­o de contenido para más inri o de un rival polí­tico en la misma Esparta etc. Morralla que además se usa para insistir en determinado mensaje, o por decirlo más claro, pura propaganda.

Formalmente la pelí­cula cae en uno de los errores apuntados ya en «Sin City», y es en la traducción del lenguaje del cómic a la gran pantalla. Se abusa de la voz en Off cuando el cine ofrece muchas más posibilidades, recurso pobre y cansino. Y como apuntábamos antes con las bellas imágenes calcadas de la obra original, en cine se puede hacer más que componer una bella postal. Aun así­ destacan varios momentos que elevan el tono medio del film, quedando éste entretenido y a ratos conseguido y estético. Con todo ésto puedo asegurar que lo mejor está en el trailer, si es posible disfrútenla en V.O.S, y lean el cómic quien no lo haya hecho ya.

Enlaces relacionados »

    [Web oficial de la pelí­cula]
    [300, de Frank Miller | Guí­a del cómic]
    [Ficha IMDB]
     

Pan | Knut Hamsun (1894)

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Knut Hamsun murió el 19 de febrero de 1952, en su Noruega natal a la edad de 93 años.
Pan es una de sus obras de juventud, esas que lo convirtieron en Premio Nobel, héroe nacional, aclamado y honrado, llevado a escena en cientos de ocasiones, codeándose con el famoso Ibsen.

La tragedia del teniente Glahn, protagonista de Pan, es la tragedia del propio autor. Un antihéroe que se adentra en los bosques para esconderse de todo, buscando la paz que no haya en si mismo.
Glanh vive su locura autodestructiva emulando al dios griego; reina sobre las brisas, goza del amanecer, se recrea en la naturaleza. Como miembro del cortejo de Dionisio, sigue a éste en sus rutinas, persiguiendo ninfas.
Glanh quiere estar alegre, transformar su ira, convirtiéndose en el hombre ideal de Nietzsche, que rí­e y que se fusiona con el instinto más profundo de la vida. Pero… el teniente es orgulloso, y no se conforma; no encaja bien los contratiempos, lo que lo enfrenta al pesimismo, donde la finalidad de la vida no es la dicha, sino el dolor y la muerte. Pero… Glanh tampoco encarna el tipo ascético de Schopenhauer que renuncia a la vida. Quiere vivir, pero no encuentra cómo. No puede soportarlo.

VIII

Transcurrieron unos cuantos dí­as, mis únicos amigos eran el bosque y la gran soledad, Dios mí­o, jamás me habí­a sentido tan solo como el primero de aquellos dí­as. La primavera habí­a alcanzado ya su plenitud, encontré estrellas en el bosque y milenramas. Además, habí­a llegado el pinzón y la perdiz blanca, yo conocí­a todos los pájaros. A veces me sacaba dos monedas del bolsillo y las hací­a sonar con el fin de atajar la soledad. Pensé:

¿Y si llegaran ahora Diderik e Iselin?

Comenzó a no haber noche, el sol apenas sumergí­a su disco en el mar para volver a emerger, rojo y renovado, como si se hubiera sumergido a beber. Por la noches se me ocurrí­an las cosas más extrañas; ningún ser humano podrí­a creerlas. ¿Pan estaba sentado en un árbol observando mi comportamiento? ¿Tení­a el estómago abierto, y estaba tan encogido que bebí­a de su propio estómago? Hací­a todo eso sólo para espiarme, y el árbol entero temblaba con su risa callada cuando veí­a que mis pensamientos se desbordaban. El bosque entero estaba ajetreado: animales que husmeaban, pájaros que se llamaban los unos a los otros y cuyos reclamos llenaban el aire. Era el año del vuelo del abejorro, sus zumbidos se mezclaban con los de las mariposas nocturnas, parecí­an susurros, susurros que recorrí­an el bosque. ¡Cuántas cosas podí­an escucharse! No dormí­ en tres noches pensando en Diderik e Iselin.

Hamsun murió pobre, solo, tildado de loco, encarnando la figura del traidor, el colaboracionista. Fascinado por el nacionalsocialismo se convirtió en un adicto al III Reich, apoyando en 1940 la entrada de las tropas alemanas en Noruega, entregando al mismí­simo Goebbels la medalla del Nobel que habí­a recibido en 1920.

Max Von Sydow, que protagonizó en 1996 una pelí­cula biográfica sobre la vida del autor, cree que la atracción ejercida por la Alemania Nazi sobre Hamsun estaba fundada en un odio ancestral hacia el imperio británico:

Inglaterra era muy imperialista y eso a Hansum no le gustaba. Habí­a sido testigo de lo ocurrido con las colonias británicas a finales del siglo XIX. Además, sentí­a que Inglaterra amenazaba a Noruega como potencia naval.

Hitler fue nombrado canciller el 30 de enero de 1933 con el apoyo de 11,7 millones de votos. El 23 de marzo del mismo año, el poder legislativo del Reichstag fue transferido, otorgando al partido nazi el control del estado alemán, certificando así­, el fin de la República de Weimar.

Enlaces relacionados »

    [Biografí­a]
    [Discurso al recibir premio Nobel]