No comercie con mis datos, gracias

Auna mandó hace un par de semanas una carta para avisar que iban a hacerse un poquito más ricos vendiéndoles los datos de sus clientes al mejor postor. La triquiñuela toca-pelotas usada es la ya por todos conocida «si-no-dice-que-no-entonces-es-que-sí­». O sea, que hay que negarse explí­citamente a ceder tus datos para que ellos no comercien en vez de que sea al revés, que explí­citamente accedas a ello. Estas cosas me ponen enfermo.

Pongo el enlace a la página donde podéis descargar el formulario que facilita la Agencia de Protección de Datos llamado de «Derecho de exclusión»[pdf] para que no mercadeen con tus datos si no te apetece.

Hay que joderse, pero ellos un poquito más.

PD: La Agencia de Protección de Datos facilita muchos otros formularios, por si a alguien le interesa.

Firmas contra el canon anticopia

«Por la presente expreso mi adhesión a la campaña de la Federación de Consumidores en Acción (FACUA) para solicitar la modificación del Texto Refundido de la Ley de Propiedad Intelectual, de forma que:

En el establecimiento de remuneraciones para compensar los derechos de propiedad intelectual, no sólo queden excluidos, como hasta la fecha, los programas de ordenador, sino también los soportes en CD y DVD, los equipos informáticos, las conexiones a Internet y cualquier otro dispositivo informático y sistemas de almacenamiento o reproducción digital (en el apartado 3 de su artí­culo 25).

Quede reconocido expresamente como un derecho del usuario la reproducción para uso privado (en el apartado 2 de su artí­culo 31), a fin de acabar con la utilización de sistemas anticopia en obras musicales y audiovisuales, los cuales son fácilmente sorteados por las mafias de la piraterí­a y no hacen más que limitar al usuario la posibilidad de realizar copias de sus discos digitales para, por ejemplo, disfrutarlos en los reproductores de MP3.»

Firmar aquí­

   [Visto en el Navegante de elmundo.es]

Estos chicos de WordPress son muy malos

Los responsables de WordPress están utilizando su popular página para insertar enlaces con publicidad¹ -que pasan desapercibidos para el lector pero no para Google- y ganarse así­ unas perrillas. También están usando otras artimañas² con el mismo propósito. Qué malos son estos chicos. [¹ Virtuelvis.com] [² google.dirson.com]

Actualización: Los de WordPress responden y se excusan.

Copia-pega, pero respeta

‘Alguien’ llega y copia í­ntegramente el texto de un artí­culo de bruto para publicarlo en su bitácora. Bien, no hay problema, siempre que se sigan las condiciones de la licencia bajo la que se publica, en este caso las de Reconocimiento – NoComercial – CompartirIgual 2.0 de Creative Commons. De las condiciones principales de esta licencia el citado ‘alguien’ se salta un par, a saber:

   1.- Debe reconocer y citar al autor original. (Taliban del Rock – bruto)
   2.- Al reutilizar o distribuir la obra, tiene que dejar bien claro los términos de la licencia de esta obra.

Aunque ‘alguien’ incluya un enlace al texto original, se agradecerí­a que se cumpliese los puntos anteriores y también una notificación para hacérnoslo saber (trackback, comentario, correo, tam-tam y/o/u lo que sea).

Corto y pego el comentario que ha dejado el Taliban (me ha dado permiso), un tanto ofuscado/cabreado, donde deja claro su punto de vista:

NOTA SOBRE BOB DYLAN

Ni que decir tiene que es uno de mis autores predilectos, mis razones tengo, y las (puedo) defenderé siempre. Bob Dylan (nacido Robert Allen Zimmerman- Duluth, Minnesotta, 24.05.1941), siempre Bob Dylan, genuino, auténtico, sincero (diatribas religiosas aparte), uno de los autores que menos plagió durante su explosión creativa (salvo su primer LP, grabado en invierno del 61), más bien al revés, versioneado hasta la saciedad y muchas veces con auténtico mérito (ejemplos como The Byrds, Jimi Hendrix o Johnny Winter…).

No voy a descubrir yo a Dylan, ni quiero ni lo necesita ni tengo el tiempo ni el espacio necesario para hacerle justicia. Si lo nombro en éste pequeño introito es porque (y no viene al caso cómo) me he enterado que un individuo (?) que se hace llamar Bob Dylan (tan original como astuto el muchacho, tan canalla como subnormal, tiene cojones la cosa) tiene/regenta un espacio similar a BRUTO (y ‘similar’ es darle alas y méritos, que no las merece, sólo hay que visitarlo para darse cuenta y no voy a dar la dirección para no hacerle publicidad, que hasta la perniciosa beneficia) en el que ha tenido la osadí­a/cobardí­a/torpeza/ingenuidad absurda y lamentable de plagiar ad integrum (la tristemente famosa treta del «copiar-pegar») uno de mis humildes comentarios musicales, en concreto el de Bloomfield-Kooper-Stills, y encima sin señalar o indicar la fuente (imperdonable para los bruteros). Deberí­a sentirme honrado (o siquiera dolido) pero lo que me inspira es pena, simple y llana. Me honran aquellos que se asoman a ésta página y a mi sección (y los que, para bien o para mal, me comentan), me honra el gran BRUTO con permitirme mi sitio y oportunidad.

Siempre por la música, y por el rock y por todos sus acólitos.

Siempre por Bob Dylan (el de Minnesotta).

Los copiadores (ya desde la escuela no los soporto), a tomar por el mismí­simo, y así­ hacen algo original, se les vaya a reventar una vena en el cerebro.

Saludos y hasta la próxima»

Taliban del Rock

A buen entendedor…