Aquí salto yo el primero, por delante de eruditos del verbo, ya que me corresponde.
Gracias J por sacar al amigo Murakami. Ya sabes lo que opino de él: hay que leerlo ahora!!!! (aunque quizás «ya» es tarde) porque este tipo va a ser muy muy famoso, incluso ya hablan de futuro nobel; en fin, yo ahí no me meto.
Saben, los que me conocen, que me ha tenido embebido en el último año: todo empezó con «Tokio blues» hace cosa de un año, no porque el título original llevara el de un tema de los Beatles, sino porque comienza con un «flashback vital» (recuerdos de una parte «en concreto» de tu vida) a raíz de las notas de una canción «en concreto», y claro, ahí está la esencia de la música, personal e intransferible; luego vino el desarrollo del libro: acertado y bien llevado, intenso (a veces de forma hasta molesta), muy occidentalizado para ser un japonés, pero sin perder parte de sus orígenes. Y luego llegó la apoteosis con «Crónica del pájaro que da cuerda al mundo», sin comentarios, y «Kafka en la orilla», del estilo al anterior aunque sin llegar a sus cotas de surrealismo «vivido».
En fin, un gran escritor, parece un gran tipo, pero ojo, puede descalabrarse con la fama (ojalá me equivoque)
Lo dicho
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Aquí salto yo el primero, por delante de eruditos del verbo, ya que me corresponde.
Gracias J por sacar al amigo Murakami. Ya sabes lo que opino de él: hay que leerlo ahora!!!! (aunque quizás «ya» es tarde) porque este tipo va a ser muy muy famoso, incluso ya hablan de futuro nobel; en fin, yo ahí no me meto.
Saben, los que me conocen, que me ha tenido embebido en el último año: todo empezó con «Tokio blues» hace cosa de un año, no porque el título original llevara el de un tema de los Beatles, sino porque comienza con un «flashback vital» (recuerdos de una parte «en concreto» de tu vida) a raíz de las notas de una canción «en concreto», y claro, ahí está la esencia de la música, personal e intransferible; luego vino el desarrollo del libro: acertado y bien llevado, intenso (a veces de forma hasta molesta), muy occidentalizado para ser un japonés, pero sin perder parte de sus orígenes. Y luego llegó la apoteosis con «Crónica del pájaro que da cuerda al mundo», sin comentarios, y «Kafka en la orilla», del estilo al anterior aunque sin llegar a sus cotas de surrealismo «vivido».
En fin, un gran escritor, parece un gran tipo, pero ojo, puede descalabrarse con la fama (ojalá me equivoque)
Lo dicho