Auna mandó hace un par de semanas una carta para avisar que iban a hacerse un poquito más ricos vendiéndoles los datos de sus clientes al mejor postor. La triquiñuela toca-pelotas usada es la ya por todos conocida «si-no-dice-que-no-entonces-es-que-sí». O sea, que hay que negarse explícitamente a ceder tus datos para que ellos no comercien en vez de que sea al revés, que explícitamente accedas a ello. Estas cosas me ponen enfermo.
Pongo el enlace a la página donde podéis descargar el formulario que facilita la Agencia de Protección de Datos llamado de «Derecho de exclusión»[pdf] para que no mercadeen con tus datos si no te apetece.
Hay que joderse, pero ellos un poquito más.
PD: La Agencia de Protección de Datos facilita muchos otros formularios, por si a alguien le interesa.